El texto, elaborado por la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo (Unctad) y por el departamento de Naciones Unidas de Asuntos Económicos y Sociales (Undesa), explica que Europa lidera el crecimiento gracias a su comercio interregional y a la mejora de su competitividad frente a Estados Unidos.
Además, el avance en estas regiones refleja un entorno de políticas más adecuadas, acompañadas de un estímulo a la renta motivado por la bajada de los precios en la energía.
Así, se espera que el PIB de la «Europa de los Quince» (los países que formaban parte de la Unión Europea en 2004), pase del 1,8 por ciento de 2015 hasta el 2,1 por ciento en 2017.
También mejora el crecimiento para el sur y el este de Europa hasta el 2,6 por ciento en 2016 y el 3 por ciento en 2017.
El informe señala que la región se ha beneficiado de los bajos precios del petróleo y de la energía, y de la reactivación del crecimiento en el resto de la UE.
Aun así, recuerda que las tasas de desempleo son demasiado altas, especialmente entre los jóvenes, a lo que además hay que sumar bajas tasas de actividad.
Todo ello limita el crecimiento potencial de la zona, que tampoco puede olvidarse de su dependencia de la financiación exterior, lo que podría derivar un endurecimiento de las condiciones financieras.
El texto recuerda que los niveles de poca concesión de préstamos necesitan corregirse para reducir la fragilidad financiera y facilitar el crecimiento.
La crisis comercial con Rusia y la recesión sufrida por Moscú -según datos de Unctad su economía retrocedió un 3,8 por ciento en 2015- han causado estragos en algunas economías de la región.
El conflicto en Ucrania ha destruido la capacidad productiva de dicho país, aunque se espera que pase de un retroceso del 10,5 por ciento en 2015, a un crecimiento plano en 2016 y una expansión del 2,1 por ciento en 2017.
El estudio también hace referencia al impacto y a los desafíos que presenta la crisis migratoria para Europa, y señala que cualquier interrupción en el libre flujo de bienes entre los países puede frenar las perspectivas de crecimiento.
Muchos países se enfrentan a mayores gastos fiscales, aunque se espera que el impacto macroeconómico de los gastos adicionales de Alemania relacionadas con la llegada de más de un millón de refugiados sea relativamente modesto.