Retail

Españoles prefieren el supermercado y frenan el alza de pedidos por internet

El 44,1 por ciento del volumen de las compras de alimentación para hogares se realizó en supermercados y autoservicios en 2015 (43,0 por ciento en 2014), lo que sitúa a este canal como el preferido para adquirir comida, mientras que internet, con el 0,8 por ciento del volumen, frenó su crecimiento.

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El Informe del consumo de alimentación en España 2015 que ha difundido el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) precisa, además, que las compras por internet han crecido en volumen un 1,1 por ciento respecto a 2014, frente a las subidas del 25,1 por ciento (2014/13) y el 45,1 por ciento (2013/12).

Sigue a los supermercados la tienda tradicional, con el 16,1 por ciento (17,1 por ciento en 2014), entre las que se incluyen pescaderías, carnicerías, fruterías, tiendas de congelados, tiendas de mercado de barrio, comestibles y ultramarinos.

Las tiendas descuento ocupan el tercer lugar, con una cuota en volumen del 15,7 por ciento (15,6 por ciento en 2014), y el hipermercado el cuarto, con un 13,9 por ciento (14,2 por ciento en 2014).

En el quinto y último puesto se sitúan "otros canales", con una participación del 9,9 por ciento (10,1 por ciento en 2014), entre los que se incluyen economatos, cooperativas, venta a domicilio, mercadillos, autoconsumo, compras directas al productor y pedidos por internet (e-commerce).

La tienda tradicional continúa -pese a recortar su distancia con el súper- como el primer establecimiento para las compras de alimentación fresca, con un 35,3 por ciento (36,4 por ciento en 2014), mientras que supermercados y autoservicios copan el 31,6 por ciento (31,0 por ciento en 2014).

Para la compra de alimentación fresca, los españoles acudieron más el año pasado a supermercados y tiendas descuento (pasó del 9,0 por ciento al 9,5 por ciento) y mantuvieron sus visitas a hipermercados (8,2 por ciento tanto en 2015 como en 2014).

Para la compra de alimentación envasada, el supermercado se erige como el rey y se distancia de otros formatos, ya que concentró el 52,8 por ciento del volumen (51,2 por ciento en 2014); le siguen la tienda descuento (20,0 por ciento en 2015 y 20,4 por ciento en 2014) y el hipermercado (17,9 por ciento en 2015 y 18,6 por ciento en 2014).

En valor, el gasto en alimentación en los hogares españoles ascendió a 67.043 millones de euros, un + 0,9por ciento respecto al año 2014.

Esta evolución es el resultado del descenso en el consumo (-1,3 por ciento) y del mayor precio medio de los alimentos (+2,2 por ciento).

De esa cifra total, los consumidores gastaron el 29,4 por ciento en supermercados y autoservicios (29,2 por ciento en 2014), el 13,8 por ciento en tiendas tradicionales (11,6 por ciento en 2014), el 9,7 por ciento en hipermercados (9,6 por ciento en 2014), el 0,3 por ciento en tiendas descuento (10,6 por ciento) y el 6,6 por ciento en otros canales como internet (6,8 por ciento en 2014).

Respecto a los hábitos de compra, los 12.000 hogares de la muestra han indicado que los factores que determinan su elección son, por este orden, la calidad del producto, la proximidad/cercanía, los buenos precios (aparte de ofertas), la atención al cliente, la variedad de productos y las buenas ofertas.

El 10,8 por ciento de los consumidores ha comprado algún producto de alimentación por internet en 2015 (10,5 por ciento en 2014) y el 71,5 por ciento es fiel a las marcas que suele comprar habitualmente (70,9 en 2014), según el informe.

Las marcas del distribuidor tienen un gran peso en la cesta de la compra, ya que un 87,7 por ciento manifiesta que las adquiere y sólo un 12,3 por ciento asegura que nunca ha adquirido un alimento con marca blanca (12,8 por ciento), con lo que continúa el aumento paulatino del porcentaje de consumidores que están dejando de consumir marcas blancas.

La salida de la crisis también se traduce en un descenso del porcentaje de consumidores que elabora una lista antes de realizar las compras de alimentación (68,3por ciento en 2015 y del 71,9 por ciento en 2014) y en que se ha roto la tendencia de aprovechar mejor los alimentos.

En 2015, el 56,9 por ciento de los entrevistados manifestó haber modificado con la crisis su forma de cocinar y comprar para aprovechar mejor los productos y contribuir al ahorro, frente al 59,0 por ciento de 2014 y el 63,4 por ciento de 2013.