España, apoyada por tres países más, ha pedido al Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE) que se mantengan las normas actuales para la comercialización de frutas y hortalizas, frente a un proyecto de Bruselas para reducirlas. La ministra española de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, ha expresado su preocupación por una propuesta comunitaria que rebajaría de 36 a 10 las reglas para comercializar los productos hortofrutícolas.
Francia, Italia y Hungría han respaldado los argumentos de España. España e Italia han subrayado que ese recorte de normas creará problemas y repercutirá en que disminuya la calidad. La ministra española ha reclamado que se mantenga «el espíritu político» que permitió aprobar dicha reforma y ha remarcado que las reglas de comercialización constituyen un elemento «fundamental» en la ordenación de la oferta, pues «garantizan las transparencia de las operaciones comerciales».
