El aumento de la demanda interna de estos productos en España en un 45 por ciento en los últimos años ha permitido alcanzar en el 2015, último dato conocido, una facturación interna de 1.453 millones de euros, lo que sitúa a nuestro país entre los diez primeros del mundo en cuanto a consumo de este tipo de productos.
Este crecimiento del consumo ecológico en España se afianzó el año pasado, en el que se estima que creció al menos un dos por ciento, incremento que se explica por la incorporación de nuevos consumidores, no exclusivamente ecologistas, y por la bajada de precios por una reducción de intermediarios y un aumento de la producción, según Barrera.
España sigue siendo líder europeo en superficie de cultivos ecológicos, con casi dos millones de hectáreas y el producto más consumido es el aceite de oliva virgen extra. Barrera ha destacado que la expansión de la producción vegetal ecológica en España no se corresponde con la de productos cárnicos, cuya reglamentación se implantó con años de retraso y que aún soportan unos costes de producción superiores a la carne convencional.
Andalucía sigue siendo el líder nacional en producción ecológica, de la que acumula más del cincuenta por ciento de la superficie certificada. El reto de este sector en España es lograr que en el 2030 un 20 por ciento del consumo interior sea de productos ecológicos, frente al apenas dos por ciento actual, para lo que ha reclamado que las administraciones primen esta producción en las licitaciones de comidas para centros educativos, residencias o instituciones oficiales.
Barrera ha destacado también que junto a la contribución a una alimentación más sana, la producción ecológica colabora también a la mitigación del cambio climático, dada la capacidad de absorción de CO2 de estos cultivos.





















