La Comunidad Autónoma de Murcia participará en un Programa Marco de investigación y actuación para luchar contra la plaga de la langosta en España. Dicho Programa será cofinanciado entre el Ministerio de Agricultura y Pesca y las comunidades autónomas y será presentado, para su estudio y aprobación, en el Comité Fitosanitario Nacional que se celebrará la próxima semana en Pontevedra.
Del 11 al 13 de diciembre se ha reunido en Murcia, en la sede de la Consejería de Agricultura y Agua, el Grupo Nacional de Trabajo de la Langosta y otros Ortópteros, integrado por representantes de los Organismos Competentes en materia de Sanidad Vegetal de las Comunidades Autónomas y del Ministerio de Agricultura, así como por especialistas de distintas universidades y centros de investigación, con el fin de abordar la problemática surgida para el control de esta plaga milenaria.
En la Comunidad de Murcia existen actualmente dos focos de langosta, situados en los términos municipales de Moratalla, que afecta a unas 500 hectáreas, y de Jumilla, que afecta a 200 hectáreas. Ambos son colindantes con otros focos existentes en las comunidades de Castilla La Mancha y Andalucía.
El director general de Modernización de Explotaciones y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, ha resumido esta mañana las principales conclusiones del mencionado Grupo de Trabajo y ha señalado que el abandono de parcelas agrícolas en todas las comunidades autónomas es una de las principales causas del incremento de la plaga de la langosta. Igualmente, añadió, se observa en los últimos años un desplazamiento gradual de las especies hacia otras zonas hasta ahora no afectadas.
El director general apuntó que se considera imprescindible evitar la diseminación y la afección a zonas de cultivo agrícola por los graves daños que ocasiona esta plaga. Para ello se precisa mantener la vigilancia sobre las zonas endémicas, así como las posibles infestaciones de especies procedentes de otros continentes.
Otro aspecto destacable, según el responsable autonómico, es llevar a cabo prácticas culturales de mantenimiento del suelo, para mantener las poblaciones de esta plaga dentro de unos umbrales aceptables, así como extremar las medidas de protección ambiental a la hora de planificar y desarrollar las campañas de control
