El acuerdo alcanzado, que se formalizará en las próximas semanas, define la reestructuración de la deuda de la cooperativa de la Corporación Mondragón hasta 2019 y la divide en cuatro tramos.
Los responsables de Eroski, han pactado las condiciones con las ocho principales entidades financieras acreedoras, que representan el 85 por ciento de la deuda bancaria que tiene la cooperativa, aunque el acuerdo ha sido compartido con el resto de las entidades afectadas.
En una nota, Eroski, que considera que el compromiso logrado muestra "el total respaldo de la banca al modelo de negocio de la compañía", ha asegurado que la cooperativa, que en los últimos cinco años ha amortizado más de 1.200 millones de su deuda, podrá mantener los compromisos adquiridos para el futuro.
Su presidente, Agustín Markaide, ha considerado que el acuerdo supone "el inicio de una nueva etapa para la cooperativa, que afrontará los retos definidos en el plan estratégico con las necesidades financieras cubiertas".
Según ha señalado, el acuerdo permite a la empresa centrarse en su negocio de distribución y contribuye a materializar el proyecto estratégico de Eroski, basado en "un comercio responsable" y en la continuidad del modelo cooperativo, "en el que no contempla participaciones de capital externas", ha indicado.
La solución financiera adoptada estructura la deuda de Eroski para su pago en cuatro tramos, acordes con la capacidad de la empresa de generar un etbida (resultado bruto de explotación) positivo recurrente.
El etbida se ha mostrado estable, en torno a 250-300 millones de euros anuales, pese a la crisis y la caída del consumo, han destacado las mismas fuentes.
El primero de los paquetes, estructurados en función del origen de la deuda y la naturaleza de sus garantías, es un tramo de 800 millones de deuda denominada "sénior", que está vinculado a la actividad de distribución de la compañía.
Se trata de una deuda a devolver en 5 años con unos intereses que oscilarán entre el 2,5 por ciento y 5 por ciento total en función de la generación de caja de la compañía.
El segundo tramo se refiere a deuda ligada a desinversiones, por importe de 800 millones, cuya amortización estará sujeta a ventas de activos no estratégicos y contará con un período de carencia inicial de 6 meses.
Otro paquete de deuda considerada "no estructural", de 942 millones, se constituye como deuda a largo plazo ligada a la mejora del ebitda y al cumplimiento del plan de negocio acordado.
La amortización de este tramo será a cinco años a un tipo medio del 3,75 por ciento, con un periodo de carencia de 12 meses.
El último tramo hace referencia a la deuda inmobiliaria, por 563 millones, que se estructura de manera que "no drenará recursos del grupo y estará supeditado a los resultados de la actividad inmobiliaria de Eroski", según la empresa.
Junto a la refinanciación de su deuda, Eroski mantiene las actuales líneas de circulante por 375 millones que viene utilizando para su actividad ordinaria.