El 29 de mayo de 2016, vimos aparecer una noticia en prensa en la que COAG, UPA Y ASAJA, proponen, de forma conjunta, como solución a los actuales problemas de comercialización en el sector agrario, implantar un contrato de compra – venta. Es cierto que la ley exige la documentación de las operaciones en el sector, pero ese documento por sí solo, sería algo (dicho sea con todos los respetos) tan simplista, que crearía un problema añadido. Vamos a explicarlo muy brevemente.
En definitiva, proponen resolver los problemas de los bajos precios, con un acto dispositivo, al momento de la entrega de los frutos. Un agricultor debe vender a su cooperativa, alhóndiga, o SAT y deben fijar entre ellos un precio, o las condiciones en las que este precio debe ser fijado.
El agricultor tratará de obtener el mayor precio posible y la comercializadora pagar el menor precio posible, ya que ante un mercado tan plagado de incertidumbres, deberá obrar con criterios de prudencia (Lo que todos conocemos como “no pillarse los dedos”).Con esa propuesta, se traslada a los productores y comercializadores de origen, ese acto o negocio jurídico (El contrato de compra-venta). Agricultores y comercializadores de origen serán competidores. Lucharán entre sí a la hora de fijar el precio.
Cuando se rompe el interés común o la unidad en origen, son devorados por el mercado. Esto es lo que llevamos viviendo durante los últimos treinta años en el campo español y se puede hacer extensivo al sector agrario en toda Europa. Dividido el campo, ganan los especuladores, imponen condiciones y se ahorran problemas.
La asociación AGRICULTURA VIVA EN ACCION, trabaja desde el mes de febrero de 2016 con una propuesta, en forma de proyecto, que se ha ido presentando a las comercializadoras de origen y algunos miembros de la administración, en la que un contrato de compra-venta representa tan sólo un punto en una línea ideal de un metro de longitud, que mediría la propuesta.
Creemos que hay que crear una nueva conciencia. Los productores y comercializadores en origen, cumplen una función social innegable. Crean y traen al mercado los alimentos básicos para la población y las materias primas para la industria agro-alimentaria.
Las preguntas que tendríamos que hacernos son: ¿queremos que nuestro campo sea la fuente de nuestros alimentos? O por el contrario ¿preferimos dejar al arbitrio de otros el hecho de que en un futuro tengamos con qué alimentar a nuestra población? Desde Agricultura Viva en Acción lo tenemos claro: Nos quedamos y queremos nuestro campo como fuente, segura y de calidad, de nuestros alimentos.