La presión ejercida por los sindicatos agrícolas en la región marroquí de Agadir (sur) ha provocado que cerca de 40 empresarios españoles instalados allí se planteen congelar su actividad y otros incluso hayan decidido echar el cierre.
Más de 35 empresas reafirmaron en una reciente reunión su disposición a pasar un año en blanco o cambiar sus cultivos por otros que requieran un menor número de trabajadores, mientras que hay cuatro que se han puesto en venta o han cerrado temporalmente. El director de la Asociación Marroquí de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (APEFEL), Laraisse Esserheini, dijo: «el problema reside en la aplicación del código laboral, porque algunos de sus textos no están en concordancia con el sector agrícola» y su interpretación acaba enfrentando a patrones y empleados. «Algunos responsables sindicales exageran en sus reivindicaciones y cada vez que quieren protestar por algo van directamente a la huelga, en las que se obstruyen las puertas de acceso al lugar y se impide a los otros trabajar».