Así, en el mes de enero, el agricultor vendió un kilo de tomate a un precio medio de 0,42 euros, mientras que el consumidor lo adquirió a un precio de 1,92 euros. Así, el valor se multiplicó de origen a destino por 4,57, experimentando un incremento del 357%.
Junto al tomate, también marcó amplias diferencias entre origen y destino el precio de la lechuga, producto que se cultiva mayoritariamente en el campo del Levante almeriense. Esta hortaliza se pagó al productor a una valor medio de 0,16 euros, mientras que el consumidor lo pudo adquirir a un precio medio de 0,94 euros. Esta diferencia supone que su cotización en origen se multiplicó por más de cinco hasta llegar al consumidor.
El resto de productos hortícolas que se cultivan en la provincia no superaron incrementos superiores al 200%. De esta forma, el pimiento verde, que se pagó en origen a 0,82 euros, alcanzó en destino un valor de 1,94 euros. Por su parte, el pimiento rojo cotizó en el campo a 0,69 euros y se vendió al consumidor a 2,02 euros. En ambos productos se registraron incrementos del 138 y 191%, respectivamente. En cuanto a la diferencia registrada en el precio del pepino, esta fue del 145%, ya que cotizó para el agricultor a un precio medio de 0,64 euros y se vendió al consumidor a 1,58 euros. Un 123% aumentó el valor del calabacín del productor al consumidor. Y es que en origen el precio del calabacín fue de 9,85 euros el kilogramos y en destino se vendió a 1,90 euros.
La berenjena fue la hortaliza que menos vio incrementado su precio de origen a destino. El agricultor cobró por un kilo 1,26 euros y el consumidor lo compró por 1,92 euros.