Los agricultores de Castilla-León, Aragón, Navarra, Extremadura o Andalucía advierten que las intensas lluvias y los desembalses en varios ríos, sumado a la probable eclosión de hongos ligados a la humedad, recortarán las próximas cosechas y plantea riesgos sobre probables pérdidas de mercados.
Así lo han apuntado fuentes del sector agrario, que coinciden además en denunciar que una parte de los daños se han producido por falta de conservación en márgenes de ríos o por una inadecuada política de desembalses, por lo que plantean denunciar a algunas confederaciones hidrográficas y pedir indemnizaciones.
En los campos españoles se han paralizado algunas recolecciones y no se han podido sembrar algunos cultivos ni aplicar abonados y otros tratamientos, lo que complica la campaña agrícola y anticipa fuertes distorsiones en los mercados y en los precios.
Los productores dan por hecho de que no podrán hacer frente a algunos contratos de compra con industrias o gran distribución con la consiguiente pérdida de mercados en España y en el exterior -algunas centrales de compra podrían sustituir a nuestro país por otros proveedores que garanticen suministros en el lineal-.
En el campo confían en que una parte de las cosechas puedan salvarse aún si para de llover, aunque son conscientes de que las previsiones apuntan a una primavera lluviosa.
Crece la preocupación porque los efectos sean más desastrosos en el futuro porque los embalses están mayoritariamente llenos y las tierras están empapadas y absorben más precipitaciones.
Incertidumbre también para frutales porque una defectuosa y tardía floración podría redundar en menores cosechas.
En Andalucía, los agricultores dan por perdido el 50 por ciento de la producción de la fresa de marzo, en un momento en el que gozaría de buen precio en el mercado; dan síntomas de asfixia las remolachas y algunos hortícolas recientemente plantados; y otras hortalizas de primera ni siquiera se han podido sembrar porque parte de las tierras están anegadas.
Tampoco se han podido sembrar remolacha o patatas, lo que anticipa caídas de rendimientos y saturación de mercados porque los artículos agrarios llegarán a los comprador al mismo tiempo.
Extremadura figura como una de las regiones más afectadas por las lluvias y desbordamientos de ríos que han provocado el encharcamiento de frutales -que estaban en avanzado estado de floración y brotación- y daños en hortícolas y herbáceos.
En Aragón o Navarra, algunas tierras en el Ebro han sufrido hasta cuatro riadas en lo que va de año, por lo que se han perdido cultivos en unas 9.000 hectáreas, al tiempo que no se puede entrar en los campos para realizar las siembras de primavera de hortícolas, por ejemplo.
Las organizaciones agrarias piensan que las últimas inundaciones y desbordamientos en estas últimas «no serán los únicos» porque «hay mucha nieve» en las montañas y perspectivas de nuevas lluvias próximamente en un momento en el que los pantanos están llenos.
Las pérdidas en Navarra y Aragón afectará a espárragos, brócoli, coliflor, alcachofas e incluso frutales de hueso y pepita por el encharcamiento de amplias áreas de cultivo, explican las fuentes.
Algunos agricultores empiezan a plantear que el campo necesitará compensaciones más allá de las coberturas de los seguros -que en algunos ámbitos tienen una baja contratación- mientras miran al cielo con la esperanza de que den tregua a sus campos.