En un comunicado, el sindicato advierte de que la producción de Francia está afectando a los productores españoles, lo que está provocando "la ruina de miles de profesionales en este sector".
"Esto se produce en un contexto del veto ruso a los productos agrarios comunitarios y de un aumento global de la superficie sementada en la Unión Europea, que aumentaron una media del 2,7% con respecto a la campaña anterior", han asegurado.
En el caso de España, este sindicato asegura que sólo en Castilla-León, en Castilla la Mancha y Andalucía, las explotaciones "han dejado perder" una parte de la cosecha para no incurrir en más gastos, ya que las cotizaciones, de alrededor de 5 céntimos, el kilo, no llegan ni para cubrir los costes de producción", han abundado.
Así, el Sindicato Labrego advierte de que los almacenistas están comprando muy poca patata principalmente la que se encuentra bajo contrato, que es "una mínima parte de la patata producida".
Mientras tanto, auguran que la cosecha que no está contratada "es muy probable que se tenga que vender a precios miserables", situación de la que responsabilizan también a los almacenes que "se están forneciendo de patata francesa barata".
Una situación extrapolable "a las principales distribuidoras comerciales, como Carrefour, Alcampo, Mercadona o Eroski".
Ante esta situación, el Sindicato Labrego Galego solicita a Medio Rural que intervenga "de manera urgente" para evitar una nueva crisis en el sector de la patata de A Limia, y también que articule medidas destinadas a hacer que los almacenistas gallegos.
Con estas medidas, pretenden que las grandes superficies compren preferentemente la patata producida en Galicia y "a unos precios mínimos dignos que cubran los costes de producción cada vez más elevados", además de proporcionar a los profesionales del sector "un salario digno por su trabajo".
Finalmente, reclaman que se intensifiquen las labores de inspección para "evitar el fraude descarado de vender patata francesa como si fuese de origen gallega", sentenciaron.
