Para proteger y alargar la vida útil de los alimentos, investigadores del INTA y del Departamento de Industrias de la Universidad de Buenos Aires han creado una delgada película comestible antioxidante que se aplica directamente sobre el producto a fin de protegerlos del agua, del oxígeno y de la oxidación lipídica. Estos recubrimientos envuelven los productos y permiten controlar la difusión de gases con su entorno al tiempo que no modifican su color, olor y sabor, aunque sí mejoran su apariencia. “Actúan como barreras al oxígeno y son activas como interfases antioxidantes”, aseguró Carolina Pérez, especialista del Instituto de Tecnología de Alimentos (ITA) del INTA Castelar. Entre las ventajas de esta metodología, la investigadora destaca la reducción de los residuos de envases sintéticos y la incorporación de ingredientes funcionales dentro del material biodegradable obtenido de fuentes naturales. Las láminas se aplican directamente sobre la superficie de frutas y verduras mínimamente procesadas mediante el agregado de una solución liquida formadora de película, o por aplicación con un pincel, por pulverización, inmersión o fluidización. Pérez explicó es necesario continuar con las investigaciones para mejorar la eficiencia de los recubrimientos. Hoy, estos “geles” se encuentran basados en pectina de alto metoxilo, y presentan una estructura corta y compacta que les permite una buena conservación de los aromas originales. A su vez, no son termo-reversibles, es decir, que si se calientan no pueden gelatinizar una segunda vez.
Latinoamérica Oct 2013
El Inta crea una lámina comestible que evita la oxidación en los frescos
Investigadores del INTA y del Departamento de Industrias de la Universidad de Buenos Aires han desarrollaron una lámina comestible que recubre frutas y verduras, entre otros frescos, para evitar su oxidación.