Un nuevo episodio de pedrisco golpeó la semana pasada varias comarcas del interior de la provincia de Valencia, con consecuencias devastadoras para la agricultura.
Según las primeras valoraciones de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), el granizo ha causado pérdidas por valor de 40 millones de euros en más de 13.000 hectáreas, y especialmente en términos municipales como Villar del Arzobispo, Losa del Obispo, Chulilla, Bugarra, Pedralba y Casinos, donde se llegaron a acumular más de diez centímetros de hielo en cuestión de minutos.
En algunos casos, los daños alcanzan entre el 70 % y el 100 % de la cosecha, dejando escenas desoladoras con árboles completamente pelados y la producción y hojas destrozadas en el suelo, tras una tormenta extremadamente rápida y agresiva.
Entre los cultivos más afectados se encuentran los cítricos, con más de 5.000 hectáreas dañadas; 2.900 hectáreas de frutales (entre los que se incluyen almendra, caqui, frutas de hueso…), 1.700 hectáreas de olivar y 1.200 de viñedo, entre otras.
Una «oleada» de tormentas
Este nuevo episodio se suma a una oleada de tormentas de granizo que vienen castigando el campo valenciano en las últimas semanas. A finales de abril, otra granizada provocó daños en 8.500 hectáreas de las comarcas de la Ribera Alta, l’Horta Sud y la Hoya de Buñol, con pérdidas totales en fruta de hueso justo al inicio de la campaña.
Y el pasado 4 de mayo otro temporal descargó sobre la Vall d’Albaida, con un balance de dos millones de euros en daños en más de 2.500 hectáreas.
Desde AVA-ASAJA se denuncia la dramática situación de muchos agricultores que han sufrido dos impactos consecutivos de pedrisco, viendo dañadas las parcelas que habían logrado salvar en las primeras tormentas.
Ante este escenario, la organización agraria exige a Agroseguro que agilice las peritaciones para que los afectados reciban cuanto antes las correspondientes indemnizaciones. Asimismo, insta a las administraciones a activar ayudas fiscales y directas dirigidas a los productores que aún no habían contratado el seguro por estar abierto el período habitual de suscripción, así como a facilitar la distribución de fungicidas para evitar la aparición de hongo en los campos afectados.