Científicos que lograron la secuencia del genoma del durazno aseguraron hoy que ese logro no sólo ayudará a mejorar su calidad sino que también contribuirá a la de otras frutas de la misma familia.
La secuencia con 27.852 genes del durazno, también conocido como melocotón, fue publicada a comienzos de este mes por la Iniciativa Internacional del Genoma del Durazno y su investigación estuvo a cargo de científicos estadounidenses, españoles, chilenos e italianos.
El conocimiento del genoma ayudará a mejorar características del durazno como su sabor y la resistencia a las enfermedades de ese y otros árboles, manifestó Dorrie Main, profesora de informática del Departamento de Horticultura de la Universidad del Estado de Washington.
Añadió que las implicaciones de la investigación beneficiarán otros frutos y árboles de la familia Rosaceae como los almendros, las moras, las manzanas, las fresas, las ciruelas, las frambuesas y los cítricos y los castaños.
«Aunque sea solo una parte de la secuencia del genoma ahorrará, literalmente, años de trabajo a los científicos», añadió.
Según la investigadora, los científicos podrán ahora identificar los genes que controlan importantes características del melocotón y de otras plantas.
Main manifestó que la secuencia del genoma, lograda después de tres años de trabajo, es de alta resolución y aunque se utilizó una técnica antigua sus resultados son de alta calidad.
Además, servirá para mejorar la calidad de otros cultivos. El código del ADN que determina la maduración o el que controla su jugo, por ejemplo, es el mismo en muchas plantas.
«Comprender esta biología fundamental de la calidad de la fruta permite mejorar sus atributos en cada cultivo», añadió.
El genoma del durazno, que contiene 230.000 pares de bases, es relativamente pequeño en comparación con el del maíz, que contiene 2.000 millones de pares.
Bryon Sosinski, profesor de horticultura de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, indicó en una declaración que se trata de una de las mejores secuencias genéticas logradas en el mundo vegetal y «va a tener gran utilidad».
En la investigación también participaron los científicos chilenos Lee Meisel, de la Universidad Andrés Bello, y Herman Silva, del Núcleo Científico Milenio en Biotecnología y Biología Celular Vegetal. Chile es el mayor exportador de duraznos del hemisferio sur.