Burgaz ha destacado esta caída durante una conferencia de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre desecho alimentario, celebrada en el Consejo Económico y Social.E
No obstante, ha recordado que se trata de un descenso que afecta a la mitad del año (otoño-invierno) en la que los ciudadanos tiran menos comida, en comparación con el semestre de primavera y verano, cuando se desaprovecha más.
Burgaz ha presentado los análisis del Panel especial del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que cuantifica el desperdicio doméstico.
Ha detallado que los hogares españoles desechan cada semana 25,5 millones de kilos de alimentos (el 4,5 por ciento del total de la cesta de la compra) y al año, 1.325 millones de kilos de comida.
En ocho de cada diez familias (80 por ciento) tiran alimentos sin procesar, como verdura o pan, por no considerarlos en buen estado; y un 20 por ciento desperdicia comida ya cocinada o preparada.
Representantes de los agricultores, industrias, supermercados, bancos de alimentos y consumidores han defendido que es fundamental concienciar al ciudadano sobre su responsabilidad para frenar el desperdicio.
La coordinadora de Alimentación de OCU, Gemma Trigueros, ha apuntado que un 72 por ciento de los consumidores que tiran alimentos lo atribuye a que "no se organizan bien" con la compra; un 50 por ciento porque no los congelaron en su momento y un 37 por ciento porque sobró comida en el plato.
El responsable técnico de economía agraria de COAG, Álvaro Areta, ha abogado por ajustar las producciones a las demandas del consumidor, porque según la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) un 28 por ciento de la superficie de siembra mundial se cultiva para desperdicio.
Areta ha remarcado que el agricultor a veces no recoge sus cosechas porque los costes son superiores al precio que recibe, además de añadir que los compradores usan el desperdicio "como arma comercial de negociación" y elevan sus exigencias si, por ejemplo, adquieren fruta en una campaña de mayor abundancia.
La directora de Competitividad de la Federación de las Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), Paloma Sánchez, y el director general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), Ignacio García Magarzo, han hecho hincapié en que las "mermas" perjudican a las empresas y van contra su economía, por lo que están innovando para reducirlas.
García Magarzo ha asegurado que en sus establecimientos las pérdidas oscilan entre el 0,2 por ciento y el 1 por ciento, y que los supermercados hacen donaciones de 13.000 toneladas anuales de productos que después son consumidos.