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El consejero económico de Agricultura de la CE descarta recortes en el cheque agrícola a España

El consejero económico en la Dirección General de Agricultura en la Comisión Europea, Tomás García-Azcárate, ha asegurado que no ve probable que España sufra recortes de la Política Agraria Común (PAC), aunque eso «no quiere decir» que los agricultores, individualmente, reciban lo mismo.

Así lo ha señalado en el marco del VIII Congreso de Economía Agraria que acoge la ETSIA de la Universidad Politécnica de Madrid y en el que participa, en un momento de debate sobre la reforma de la PAC post 2013.

Ha recordado que España es el segundo mayor perceptor de ayudas después de Francia, pero figura «un poco por debajo de la media» en cuanto a percepción de fondos de la UE, por lo que los costes de un eventual reequilibrio entre antiguos y nuevos Estados miembros recaería, en su opinión, otros países contribuyentes.

Azcárate ha valorado que la Comisión Europea, en un escenario de crisis económica, aboga por mantener o «congelar en términos nominales» las ayudas que reciben los agricultores.

Para el desarrollo rural -segundo pilar de la PAC- y fondos estructurales, se baraja una subida para compensar la inflación.

Ha recordado que la UE proyecta que el próximo presupuesto agrícola, sumado a nuevos apoyos a la I+D+i y creación de grandes obras comunes equivaldría al 1,05 % del Producto Interior Bruto (PIB) comunitario, lo que garantizaría el mantenimiento en términos nominales del sobre de 40.000 millones de euros para la PAC.

Sobre el criterio de reparto, ha explicado que la Comisión es partidaria de una «tasa más uniforme» en las ayudas con «menos diferencias históricas» para responder mejor a los retos de producción sostenible y mantenimiento del tejido económico.

De otro lado, ha asegurado que actualmente el 40 % de las rentas agrarias en la Unión Europea procede de la venta de productos frente al 60 % que depende de las ayudas, pero en el futuro, entre un 80 y un 90 % de los ingresos deben venir del mercado.

Para ello -ha matizado- hay que ayudar al agricultor a una mejor organización sectorial, al que animó a aprovechar las ayudas para Investigación, el Desarrollo y la Innovación (I+D+i), que en la futura PAC contará, por ver primera vez, con 4.500 millones de euros.

Para Azcárate, la nueva PAC debe devolver la libertad a los agricultores para producir alimentos de calidad, sanos, variados y fiables que el consumidor requiere.

Ha asegurado que hoy un agricultor gana en términos reales lo mismo que en 1995 pero que resolver el problema no pueden abordarse con presupuestos públicos, por lo que hay que «darle los medios» para que se defienda mejor en el mercado y obtenga un precio digno.

«Se está vendiendo sangre del ganadero» cuando en los lineales de los supermercados se ofrece la leche a 0,45 euros y «se destruye valor» cuando comercializan un aceite de oliva virgen extra a 1,66.

También se ha mostrado partidario, además, de compensar al sector por el sobrecoste que representan las reglas medioambientales, sociales, de calidad o bienestar animal en la UE.

Por su parte, el economista de la División de Agricultura y Desarrollo Económico de la FAO en Roma, Cristian Morales, ha defendido, en declaraciones a Efeagro, políticas eficientes, que aporten beneficios para los países en desarrollo y eviten problemas de especulación y aumento de los precios agrarios.

En este sentido, Morales ha defendido una participación activa tanto de los países ricos del G-20 como de los países emergentes o BRIC -Brasil, Rusia, India y China- para luchar contra la especulación excesiva con materias primas agrarias y los problemas de volatilidad y hambre que genera.