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El comercio de proximidad cedió 7 puntos de cuota ante el súper en una década

El comercio de proximidad perdió en poco más de una década 7 puntos de cuota ante el empuje de las cadenas de supermercados, que asumieron ese porcentaje de sus ventas mientras el formato hipermercado se mantenía estable.

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Así se desprende de un estudio presentado este jueves por la patronal de supermercados Asedas, que concluye que el sector de la distribución española ha ganado eficiencia desde la anterior crisis hasta convertirse ahora en la más competitiva de toda Europa, gracias en buena parte al peso de los grupos regionales y las centrales de compra.

El informe, elaborado por profesores de la Universidad Autónoma de Madrid, refleja que los grupos de supermercados y las llamadas «cadenas de descuento» -como DIA o Lidl- han pasado de representar el 58 % de las ventas en 2007 a concentrar un 66 % en 2018.

De esta forma, España es el tercer país de los 25 Estados europeos analizados donde este formato tiene mayor cuota, sólo por detrás de Holanda (82 %) y Austria (70 %).

El hipermercado continúa aglutinando en el mercado nacional el 13 % de las ventas y el comercio tradicional bajó siete puntos, hasta el 18 %.

El catedrático Ignacio Cruz Roche -uno de los autores- ha precisado que la tendencia que se registra en España se repite en la mayoría de países europeos, con un comercio tradicional en retroceso y un hipermercado sin grandes cambios frente a un supermercado que crece, aunque sigue habiendo enormes diferencias en el peso de los formatos entre los distintos Estados.

«Los principales operadores del sector suelen estar presentes en otros países europeos», de acuerdo al estudio.

En el caso de España, cuenta con la presencia de Carrefour, Lidl y Alcampo; el gigante británico Tesco se expandió a los países del Este; el líder holandés Ahold-Delhaize trabaja en Bélgica, Grecia y República Checa; y el portugués Jerónimo Martins encabeza el mercado polaco.

El documento divide el continente entre norte, centro, países del Este y la zona sur (a la que pertenece España), y señala que en esta última hay más tiendas por habitante que la media, una baja concentración empresarial y menos ventas «online».

«España presenta un nivel de precios inferior al que le correspondería» en función de su renta per cápita y otros indicadores, según Cruz Roche, quien ha considerado que este fenómeno se explica por la existencia de un modelo «eficiente y competitivo».

En este sentido, ha incidido en las decisiones adoptadas por el sector de la distribución alimentaria en la anterior crisis, cuando ante los problemas económicos de una gran parte de la población optaron por «reducir sus márgenes comerciales y elevar la eficiencia», lo que se tradujo en un nivel de precios más bajo.

Para conseguir esa mayor competitividad, ha resaltado el papel clave que juegan las cadenas de supermercados regionales y las centrales de compra -IFA y Euromadi-, ya que compiten de tú a tú con los operadores nacionales.

«Ahora mismo afrontamos fenómenos más o menos similares que en la crisis anterior», ha advertido el catedrático.

En esta misma línea, el director general de Asedas -patronal que representa a Mercadona, DIA, dos centrales de compra y una decena de cadenas regionales-, Ignacio García Magarzo, ha insistido en el «gran desafío desde el punto de vista económico» que encara España por la pandemia.

«Hay que recuperar la confianza del consumidor y que los afectados por esta crisis tengan instrumentos para comprar alimentos a precios competitivos. Tenemos que usar lo aprendido en la crisis anterior para dar un salto en eficiencia a través de la productividad y afrontar el descenso de las rentas al que parece que nos vemos abocados», ha asegurado.