El cambio climático ha provocado importantes reducciones en las cosechas de fruta italiana, alertan desde la asociación Coldiretti, que cifra, por ejemplo, en un 30 % las pérdidas en plantaciones de melocotones o nectarinas, en un 60 % en cerezas o un 63 % en peras.
Este 2023, según explican desde la asociación italiana, es de momento el segundo año más caluroso desde 1800, con una temperatura 1,05 grados superior al promedio histórico. Sin embargo, “la anomalía climática estuvo acompañada de un promedio de casi 10 eventos extremos por día, debido al mal tiempo a lo largo de la Península”.
De este modo, “granizadas, pequeños tornados, trombas de agua, olas de calor y tormentas de viento han causado víctimas y daños”, según el análisis de Coldiretti, basado en datos de la Base de Datos Europea de Clima Severo (Eswd).
Se trata, por tanto, de un “año negro para la agricultura italiana”, que entre cultivos e infraestructuras supera los 6.000 millones de euros en daños.
“Nos enfrentamos – subrayan desde Coldiretti– a una clara tendencia a la tropicalización, con una mayor frecuencia de eventos violentos, cambios estacionales, lluvias cortas e intensas y la rápida transición del calor al mal tiempo con efectos devastadores como lo demuestran las inundaciones en Emilia Romagna y Toscana”.