La tormenta, que provenía de Aragón, ascendió desde el sur de la comarca del Segrià hacia la mitad norte de esta zona, donde descargó granizo mezclado con agua, especialmente en la zona de la huerta de Lleida, y se desplazó hacia Torre-serona, Albatàrrec y Alguaire, donde la piedra causó daños, en este caso, con una incidencia baja.
Los mayores daños producidos por la tormenta, que también afectó a varios municipios del sudeste de la Noguera y del Pla d’Urgell, fueron causados por las fuertes rachas de viento registradas durante la tormenta, que hicieron caer la fruta y tumbaron algunos árboles.
El cultivo más afectado es la pera que, por sus características, es susceptible a los daños por viento, que afecta a la fruta de más calibre (la más grande) y, por lo tanto, con más valor comercial; aunque algún caso también se han visto afectadas cosechas de nectarinas.
La variedad de pera más importante, la Conference, todavía está pendiente de recolectar; otras, como la Limonera, ya se están recolectando. Las pérdidas de producción en pera por viento oscilan entre un 10 y un 30 por ciento, y pueden llegar a ser superiores en casos puntuales.
La superficie total de pera afectada es de aproximadamente de 3.941 hectáreas. Lleida ciudad es la zona con mayor afectación, con 800 hectáreas dañadas, seguida de Albatàrrec (240 hectáreas de daños), Torregrossa (210) y Corbins (200).