En estas tierras del Valle del Nilo, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ofrece formación a chicos de entre 18 y 25 años en una «escuela» de agricultura regentada por el «profesor» Ibrahim.
Los aprendices explican a la delegación oficial que están viendo los progresos en la parcela de terreno que están cultivando pimientos, en la que han plantado semillas de alto rendimiento y aplican compost producido por ellos con deshechos agrícolas.
Uno de ellos asegura que los mayores no confían en las técnicas modernas hasta que ven que funcionan, y esa es precisamente la «misión» de estos chicos, que pudieron dialogar brevemente y en medio de fuertes medidas de seguridad con la Embajadora de buena voluntad de la FAO para Oriente Medio y el Norte de África, la presentadora de televisión libanesa Darine al Jatib.
En el Egipto más rural y profundo, la FAO hace frente a veces a la desconfianza y a las costumbres y tradiciones ancestrales, explica Saleh Ahmed, pero poco a poco el proyecto se ha implantado en tres localidades de Beni Suef y 15 de todo Egipto, y ha formado a unos 400 jóvenes en total.