Dentro de dos años, Fitó ocupará el cargo de presidente de la Federación Internacional.
ISF adhiere en su seno, según explica Fitó a Efeagro, "prácticamente todas asociaciones de todo el mundo", regionales y nacionales, incluidas las españolas Anove -que incluye a Geslive- y Aprose.
Remarca que intentará "dar más visibilidad" a la industria, que mueve alrededor de 26.000 millones de euros en el mundo.
De ellos, 500 millones corresponden a España, que se consolida además como campo de ensayo mundial para las grandes multinacionales que operan en este gremio en el ámbito internacional.
Según detalla, es un sector "pequeño" si se compara con la industria de agroquímicos, por ejemplo, que factura el doble, o con empresas alimentarias como Nestlé, que por sí solo cuadruplica las cifras, pero de gran trascendencia si se miran otros parámetros.
"Siempre digo que la semilla es lo primero que hay en la cadena de valor agroalimentaria", porque "todos los alimentos empiezan en semillas que se siembran y acaban finalmente en un helado o una pizza de la nevera. Muchos alimentos se definen gracias a la genética y a la variedad", afirma.
El trabajo de este tipo de empresas ha permitido adaptar las variedades vegetales a las diferentes condiciones edafoclimáticas y que el consumidor encuentre en los lineales tomates, lechugas o melones prácticamente todo el año, a precios razonables.
"Definimos las variedades que se siembran. Somos, por tanto, un motor importante de la innovación del sector agroalimentario", dice.
Señala que Francia es "muy potente" en esta industria, mientras que el mercado español de las semillas figura entre los más importantes de Europa, junto a Dinamarca, Reino Unido o Italia.
Pero, a su juicio, España tiene un plus: "Prácticamente la totalidad de las empresas de semillas que operan en Europa" lo hacen en nuestro país, "donde trabajan sus equipos de investigación".
En este sentido, precisa que alrededor de 1.800 personas operan en este sector en España y, de ellas," hay muchos más investigadores que personas dedicadas a la comercialización de las semillas".
"España es un mercado de semillas muy relevante a nivel europeo y mundial", hasta el punto de que la investigación en su territorio se hace tanto para el ámbito interno como para otras compañías y países, sean Marruecos, Italia, Portugal o Turquía.
Es consciente de que buena parte de esa propiedad industrial se traslada al exterior, es decir, a las empresas que sufragan estos programas, que en general son grandes multinacionales con matriz en Francia, Holanda o EEUU, pero "para mí, lo importante es que el valor añadido se genera en España",
Y cita como símil: "El Iphone está diseñado en California, pero EEUU fabrica todos los terminales en el exterior.
Las empresas exigen que se respete la propiedad industrial, porque de esta forma se sustentan las inversiones en investigación vegetal y el empleo, añade.
En su opinión, "tenemos que poner en valor la genética. Un uso no legal, no correcto de la multiplicación vegetal, es un robo directo de nuestro activo comercial".
