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DOP Nísperos de Callosa D’en Sarriá espera un descenso del 25 por ciento de la producción

La Denominación de Origen Protegida (DOP) Nísperos de Callosa D’en Sarriá espera una caída significativa en el volumen de producto certificado, que en una primera estimación podría llegar hasta un 25 por ciento con respecto a otros años, debido al impacto de las malas condiciones meteorológicas sobre el fruto.

Según ha explicado el presidente del Consejo Regulador, Máximo Guzmán, la producción de este año en esta zona alicantina se ha visto afectada por «muchas incidencias», desde viento casi a diario que «dificulta mucho el desarrollo» de la fruta hasta dos episodios de pedrisco y otro de fuertes lluvias esta primavera.

«En dos o tres días cayeron más de 200 litros», ha recordado, lo que ha provocado pérdidas importantes de cosecha, que se elevan a 1,5 millones de kilos.

Las mermas por granizo han sido incluso mayores y, aunque todavía se trabaja en la peritación, se calcula que entre tres y cuatro millones de kilos podrían haberse dañado.

Las circunstancias anteriores han llevado a abandonar las previsiones iniciales de producción, en torno a 14 ó 15 millones de kilos, y hasta el momento se ha llegado a unos 7 millones, a falta de unos doce días para terminar con la recolección.

En cuanto al producto certificado, Guzmán ha indicado que frente a los 11 o 12 millones de kilos que se certifican en un año normal, este ejercicio «quizá se llegue a nueve».

Ha recordado que ya en la campaña de 2012 varios episodios de heladas muy fuertes provocaron una merma «espectacular» de la cosecha, y el volumen certificado rondó los 8 millones.

El descenso productivo puede hacer que haya problemas para abastecer la demanda existente, ha añadido.

En cuanto a la superficie de cultivo, Guzmán ha destacado que se mantiene estable en los últimos años, en el entorno de unas 1.700 hectáreas, con «pequeñas fluctuaciones» por el abandono de algunas parcelas y la recuperación de otras.

Callosa D’en Sarriá, en la comarca de la Marina Baja de Alicante, concentra aproximadamente la mitad de la producción española de níspero, mientras el resto se reparte entre diferentes áreas de Andalucía y Comunidad Valenciana.

Cerca del 80 por ciento del níspero de Callosa se exporta, con Italia como principal destino, con hasta un 70 por ciento de las ventas en el exterior.

El resto se reparte entre otros países europeos como Francia, Holanda, Alemania o Inglaterra, a los que se suman otros destinos más lejanos como Rusia, Canadá o los países árabes.

Según explica Guzmán, el consumidor de níspero se encuentra sobre todo en países mediterráneos (o en comunidades emigrantes, como es el caso de la turca en Alemania), y su introducción es más difícil en otras zonas.

En cuanto al mercado interior, el producto alicantino se envía sobre todo a Madrid y Barcelona, desde donde se redistribuye.