Crédit Agricole ha destacado en un comunicado que, descontando esa operación y otros "elementos específicos habituales no vinculados a la actividad", su resultado neto entre enero y marzo fue de 1.241 millones de euros, es decir con una evolución "estable" respecto a esos mismos meses del pasado ejercicio.
El hecho es que el resultado bruto de explotación también experimentó un bajón del 33,5 por ciento hasta 1.799 millones de euros y del 38,5 por ciento el resultado de explotación hasta 1.245 millones de euros.
Además, los ingresos disminuyeron un 10,9 por ciento hasta 7.159 millones de euros. La entidad calificó este primer trimestre de "atípico", en particular por la optimización de su balance.
Uno de los pocos elementos positivos del trimestre fue la reducción del 18,9 por ciento del costo del riesgo.
También la mejora de los datos de solvencia, ya que el "Common Equity Tier 1" subió al 13,9 por ciento a fecha del pasado 31 de marzo, frente al 13,7 por ciento al terminar 2015 y al 13 por ciento al finalizar el primer trimestre del pasado año.