Entre las líneas de seguro que han cerrado ya el periodo de suscripción, destaca la buena evolución de frutales -la más importante por volumen, representando más del 21 por ciento del total del sistema de seguros agrarios en 2015-, uva de vino y mesa y cereza.
El seguro de frutales ha crecido un 23,22 por ciento en primas, lo que se debe a la incorporación de novedades como la mejora opcional en la valoración de daños en calidad por pedrisco y al aumento de la producción asegurada -se han superado los 2,4 millones de toneladas-.
En lo referente a las líneas cuyo periodo de suscripción aún está abierto, destaca la positiva evolución del seguro de cítricos, que crece casi un 15 por ciento.
La línea de hortalizas al aire libre otoño-invierno registra un aumento en primas de coste del 32,72 por ciento y la de Canarias, la que menos crece, un 21 por ciento.
El seguro de hortalizas de primavera-verano muestra un incremento del 23,84 por ciento y del 17,2 por ciento en producción asegurada, «demostrándose otra vez la buena acogida de la nueva valoración en calidad para algunos cultivos, como la cebolla, el melón o la sandía».
En frutales, la cifra prevista por la siniestralidad del primer semestre asciende a 105 millones por daños provocados por pedriscos -40 millones, en su mayor parte en Cataluña y Aragón-, las heladas -afectaron a producciones murcianas y de Comunidad Valenciana, con daños de 20 millones- y la falta de cuajado -más de 16 millones de euros destinados sobre todo a asegurados de Extremadura y Murcia-.
Por otra parte, ha recordado los «fuertes e intensos episodios tormentosos de pedrisco y viento» que, entre los días 3 y 10 de julio, han afectado a zonas agrícolas de Extremadura -especialmente las comarcas de Don Benito y Badajoz-, Castilla y León -que concentra más del 70 por ciento de la superficie siniestrada por pedrisco hasta el momento- y Castilla-La Mancha.
En el mismo comunicado, Agroseguro ha apuntado que las peritaciones de los daños sufridos «ya se están realizando» y las previsiones iniciales calculan que la superficie afectada por el pedrisco podría superar las 57.500 hectáreas, a las que se suman otras 3.300 afectadas por el viento en Extremadura.