Del campo a la mesa y por una tarifa plana de treinta euros al mes, un grupo de personas ha acordado compartir los gastos de una huerta, incluido el sueldo del agricultor, a cambio de obtener cada semana una cesta de verduras ecológicas, libres de pesticidas y con más sabor. La idea surge a partir de la necesidad de conseguir este tipo de productos a buen precio y con más beneficios para el agricultor, ya que se eliminan los intermediarios y hasta los gastos de distribución, ya que son los mismos integrantes del grupo los que recogen la verdura y las reparten al resto cada semana. Así lo ha explicado, uno de los miembros de este grupo de consumo formado por una veintena de personas «hartas» de que la industria alimentaria añada productos químicos a la comida. Cada martes este grupo acude a la sede del sindicato CGT de Málaga, que les ha cedido sus instalaciones, para preparar o simplemente recoger, según los turnos de trabajo, su cesta con verduras de temporada.
El contenido varía en función de la época del año y normalmente trae lechugas, escarolas y calabacines en invierno y se enriquece en verano con tomates, pimientos, pepinos, berenjenas, melones y sandías.