Coag estima que entre un 25 por ciento y un 30 por ciento de la fruta se quedó en el árbol sin coger, debido a que los costes de producción fueron muy superiores al precio que se pagaba por kilo de fruta, unos 40 o 50 céntimos por debajo de lo que se pagó el año anterior, publica La Verdad.
A esto habría que añadir, según expone Martínez, «la indefensión de los productores por la escasa cobertura del seguro agrario de frutales, con esa brutal limitación de kilos asegurables, provocando una gran precaución a la hora del aclareo en flor por miedo a las heladas».
En su opinión, todas estas circunstancias han inducido a la falta de calibre, causando problemas de comercialización, llegando incluso a no poder recolectar partidas enteras, con precios por debajo del coste de producción.
El presidente de Coag Cieza lamenta que «los productores que recolectaron su fruta con bajo calibre la tuvieron que vender a unos 15 o 20 céntimos el kilo, de forma que perdieron dinero».Las inclemencias a las que hace alusión son las heladas, ocurridas entre el 9 y el 24 de marzo, que afectaron a variedades extratempranas y tempranas; el pedrisco del 24 de junio, y la sequía que ha afectado a la calidad de la fruta.
