Un «kit» para detectar enfermedades, técnicas de cultivo contra insectos o el uso de plantas resistentes son algunas soluciones del proyecto Life Vida for Citrus, desarrollado en nueve explotaciones de cuatro países mediterráneos desde 2019, y cuyos resultados se han difundido en Bruselas.
En su presentación, en la sede del Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas Comunitarias (COPA-COGECA) han participado citricultores españoles, eurodiputados y representantes de las direcciones generales de Agricultura y Sanidad de la Comisión Europea (CE).
El proyecto, cofinanciado con fondos de la Unión Europea (UE) tiene como objetivo proteger las producciones de cítricos de plagas, a la vez que se implantan prácticas de cultivo acordes con el Pacto Verde europeo -que eleva los requisitos sostenibles en la producción alimentaria- y con la Política Agraria Común (PAC).
La investigación también apunta a una citricultura más sostenible para «atraer a consumidores responsables», en un contexto en el que se ha encarecido la fruta por la inflación y se ha reducido su consumo, según sus conclusiones, difundidas por Asaja.
Apunta también al impacto económico de los tratados comerciales de la UE, tanto con los mediterráneos -Marruecos, Turquía y Egipto- como los del hemisferio sur, principalmente Sudáfrica, y, aún pendiente de ratificar, con Mercosur.
Life Vida for Citrus integra a institutos de investigación y universidades; por parte española la organización agraria Asaja (especialmente Asaja-Málaga y AVA-Asaja Valencia), y centros de investigación de Canarias, Andalucía y la Comunidad Valenciana (ICIA, Ifapa e IVIA, respectivamente), entre otros.
Entre las conclusiones destaca la vulnerabilidad de los cítricos a la enfermedad llamada Huanlongbing (HLB) o «enverdecimiento», considerada la «más mortífera» en cítricos, causada por bacterias y que ha provocado graves pérdidas en países como EEUU.
La propagación de plagas es una de las mayores preocupaciones en los cítricos -el cultivo hortofrutícola mundial más importante, con España como líder de la UE y quinto productor global-.
Sin cura
La HLB no tiene cura, uno de los insectos vectores ya se ha detectado en España y en Portugal, y los medios de control tienen «un alto coste medioambiental» por lo que los responsables del proyecto han impulsado un kit para la detección precoz.
Life Vida for Citrus también ha incluido la investigación de técnicas que mitiguen los efectos del insecto transmisor, como la suelta de «microavispas» o la introducción de plantas resistentes a la enfermedad.
En España, las organizaciones de Life Vida for Citrus han trabajado junto con la Administración estatal para la implantación y el mantenimiento de cubiertas vegetales -naturales o sembradas- una práctica con ayuda de los ecorregímenes de la PAC, que promueven los servicios al medioambiente.
El cambio climático también afecta a la producción de naranjas, limones o mandarinas y, según las conclusiones del proyecto, «se debe animar a los agricultores a no poner trabas en el camino y no retrasar la entrada de medidas que van a mejorar nuestro medio ambiente».
Los trabajos incluyen la gestión integrada de plagas, la reducción de fitosanitarios o el establecimiento de «hoteles de insectos que refugian a aquellos beneficiosos para la polinización y que se comen a los causantes de enfermedades.