El investigador Julio Valdivia-Silva, uno de los responsables del experimento, informó a Efe que el proyecto «Papas en Marte», dirigido por el CIP con el asesoramiento de la NASA, logró hacer crecer una patata solo alimentada con agua rica en nutrientes dentro de una urna hermética, denominada CubeSat, donde el tubérculo fue sometido a condiciones extremas, similares a las del planeta rojo.
El tubérculo creció en un suelo con un 30 por ciento de sal, igual que el de Marte, con una concentración de un 10 por ciento de dióxido de carbono en el ambiente, a unas temperaturas de entre -5 y 20 grados celsius y a una presión de 600 milibares, propia de una altitud de 4.500 metros sobre el nivel del mar.
«El resultado más contundente es que esto sugiere que sí vamos a lograr cultivar una papa, de manera más controlada, en condiciones más similares a Marte», explicó Valdivia-Silva, ya que la atmósfera del planeta rojo tiene una concentración de 95 por ciento de dióxido de carbono y unas temperaturas que llegan a -60 grados celsius.
De conseguir que la papa crezca en un clima y ambiente idéntico al de Marte, el objetivo es que el tubérculo siga siendo comestible, aunque Valdivia-Silva, investigador asociado con el Instituto SETI, auguró que será más salado y seco que las variedades habituales. Los científicos del CIP concluyeron que las futuras misiones a Marte que deseen sembrar papas tendrán que preparar el suelo con una estructura suelta y nutrientes para permitir que los tubérculos obtengan suficiente aire y agua para «tuberizar».