En él, el Gobierno chino anuncia reformas para acelerar la modernización de su agricultura y asegurar que concederá más créditos para los agricultores con el objetivo de reducir la desigualdad entre zonas urbanas y rurales.
"Tenemos que hacer muchos esfuerzos, porque nos enfrentamos a grandes desafíos", señaló el director de la oficina gubernamental dedicada al sector, Chen Xiwen, en rueda de prensa en Pekín, en referencia a los crecientes costes de producción, la escasez de recursos, la explotación excesiva y el agravamiento de la contaminación.
El texto, que se publica todos los años y que anuncia las claves a seguir por el Ejecutivo, insta a "poner más énfasis en la calidad, la cantidad y los beneficios y darle importancia a la competitividad, la innovación tecnológica y el crecimiento sostenible".
El Gobierno destaca que para atajar el problema de la inseguridad alimentaria, uno de los principales en el país asiático, se estrechará la regulación y el control sobre la calidad de los productos.
En el nuevo plan también se busca la modernización de la infraestructuras, entre ellas, la colocación de tuberías de agua, la mejora de las redes de energía o la construcción de otras que permitan utilizar energías alternativas como la solar.
Como novedad, el documento -que desde hace años ha estado centrado en las reformas en el campo- pone especial énfasis en la "popularización" de los productos transgénicos y también alude a la reforma del sistema legal de las zonas rurales.
Sobre este último punto, las autoridades explicaron que se mejorará la legislación existente y los contratos de la tierra de los agricultores, que actualmente suelen tener posesión de un terreno por un largo periodo de tiempo, lo que les permite explotarlo pero no venderlo.
La reforma, según detallaron, plantea permitir a los agricultores comerciar con su tierra, sin precisar -de momento- de qué manera.
En este sentido, Chen Xiwen señaló que se incrementarán los subsidios directos a los agricultores, se investigarán nuevas "y baratas" formas de financiarles y se incentivará la inversión privada en el sector.
Las autoridades estiman trasladar a cien millones de campesinos a las ciudades hasta 2020, una cifra que esperan que llegue a los 400 millones a largo plazo.
Esta migración, no obstante, ya está repercutiendo en la producción de la agricultura, lo que ha elevado la preocupación sobre la futura producción de alimentos del país asiático.