Cajamar ha reconocido que una operación de este calado tendría importantes ventajas para ambas entidades, al tiempo que ha recordado que su estrategia en los últimos años ha pasado por integrar varias entidades.
No obstante, la caja almeriense ha asegurado que «a fecha de hoy» no ha habido «conversaciones formales» para unirse con el grupo CRM, que ha añadido que sus órganos de dirección «no han estudiado ni decidido nada» respecto a la eventual unión con Cajamar.
CRM cuenta con una morosidad próxima al 12,6 por ciento y vería mejorar sus principales ratios, inusuales en un sector prudente como el de las cajas rurales.
Hasta que se vislumbre si los primeros contactos entre las dos entidades dan paso a negociaciones más formales que avancen hacia una fusión, lo único seguro es que CRM ha instado en los últimos meses al grupo Caja Rural, del que forma parte, a constituir un SIP «reforzado».
Con ese SIP, las cooperativas del grupo Caja Rural compartirían el 100 % de sus resultados además de solvencia, como han hecho las cajas de ahorros y conforme al modelo actual de la propia CRM, que integra ya 14 entidades.
Esta fusión con Cajamar podría venir de la directiva de CRM con objeto de mejorar sus cuentas de resultados, que han ido empeorando desde primeros de año.





















