El Instituto Nacional de Estadística (INSEE) señaló que esa caída del resultado neto por agricultor se produjo pese a una disminución del 1,8 % del empleo agrícola.
El valor final de la producción agrícola fue de 69.400 millones de euros, y el incremento de 3.700 millones de euros respecto a 2010 provino en 2.400 millones de la producción animal (hasta 25.300 millones) y en 1.300 millones de la vegetal (hasta 40.400 millones).
La principal explicación del repunte de la producción animal fue el incremento de los precios, mientras en la vegetal lo más significativo fue la recuperación de la viticultura por una cosecha más importante acompañada de precios igualmente en alza.
Las subvenciones, por su parte, representaron 1.100 millones de euros, frente a los 1.200 millones recibidos el pasado ejercicio.
El mayor problema para el sector primario fue que el costo de los consumos intermedios subió un 10 % esencialmente por el tirón de los piensos para el ganado (+16,8 % pese al descenso del 1 % de los volúmenes) y de la energía (+18,4 %).
El precio de los fertilizantes se encareció un 17,4 % y pese a todo su consumo subió un 21 %.





















