De esta forma, el pasado año, el consumo per cápita se situó en 102,5 kilos en el caso de las frutas frescas y de 85,3 kilos en el de hortalizas y patatas frescas.
Los hogares también compraron menos tomates, cebollas, lechuga, pimientos, judías verdes o coles, algunas de las principales hortalizas frescas presentes en los platos de los españoles.
Por ejemplo, el pasado año el gasto y consumo de tomates se redujo un 6 por ciento (640,85 millones de kilos) y el -3,2 por ciento (880,19 millones de euros), mientras que el de las cebollas lo hizo en el -3,4 por ciento (339,7 millones de kilos) y el -3,2 por ciento (339,23 millones de euros).
En el caso de las frutas frescas disminuye el consumo de naranjas (-5,3 por ciento) y los plátanos (-2,3 por ciento), dos de las variedades más consumidas por volumen.
En lo que se refiere a frutas y hortalizas transformadas, con un consumo de 13,1 kilos por persona y año, registró un 2,7 por ciento menos en volumen (587,4 millones de kilos) y el 2,6 por ciento menos en valor (1.237,8 millones de euros).