El presidente de Bayer CropScience (BCS), Friedrich Berschauer, cree necesario que se acometa una «segunda revolución verde» en la que la agricultura se convierta en uno de los ejes de la política internacional sobre investigación y desarrollo (I+D), para hacer frente al aumento de la demanda de alimentos ante el incremento de la población.
Berschauer ha hecho estas declaraciones durante la conferencia anual de prensa que la filial fitosanitaria de Bayer celebra en su sede de Monheim (Alemania) y que congregó a más de cien periodistas de Europa, Asia y América.
En los años 60 y 70, bajo el nombre de «revolución verde» se consiguió un aumento de productividad agrícola considerable gracias a la selección de semillas y al progreso técnico para hacer frente al aumento de la población.
«No podemos seguir con los ojos cerrados ante los avances de la biotecnología y debemos utilizar todos los instrumentos para ampliar las cosechas», ha sentenciado.
El presidente de BCS también ha defendido el papel de la industria fitosanitaria para conseguir plantas menos susceptibles al cambio climático y al estrés medioambiental producido por factores abióticos como la sequía, el calor o la salinidad.
En este sentido, ha avanzado que su compañía mantendrá su línea de I+D y la ampliará, ya que BCS tiene previsto invertir 3.400 millones de euros entre 2008 y 2012 en principios activos para la protección de cultivos y en biotecnología de semillas.
Según Berschauer, los tradicionales productos fitosanitarios, empleados óptimamente, pueden incrementar el rendimiento de los cultivos hasta un 70 por ciento.
Además, las semillas híbridas y las ventajas de la biotecnología ofrecen un considerable potencial, ha precisado.
BCS prevé lanzar al mercado hasta 2012 diez nuevos ingredientes activos para fertilizantes cuyas ventas podrían representar mil millones de euros.
Además, invertirá 60 millones en la construcción de una nueva planta en Knapsack (Alemania) con el fin de adecuar la producción de su principal herbicida, Liberty (glufosinato de amonio), a la demanda.
Esta filial de Bayer ha corregido al alza sus previsiones para el total de presente ejercicio, que pasan por ampliar en un diez por ciento los 5.826 millones de euros facturados en 2007.
Esta subida se producirá sobre todo por el buen comportamiento de los nuevos lanzamientos en semillas y protección de cultivos, según el presidente de BCS, que prevé una mejora del margen del ebitda (beneficio bruto de explotación) antes de extraordinarios hasta el 25 por ciento.
Además, BCS prevé un importante incremento de su negocio en Latinoamérica, donde consigue ratios de crecimiento grandes, y que Brasil se sitúe como su primer cliente en fitosanitarios y desbanque de este lugar al mercado estadounidense.
Por su parte, España es el décimo país para BCS, con una facturación de 178 millones de euros en 2007, incluidas las exportaciones y las ventas a terceros.
En la actualidad, BCS cuenta con una planta de formulaciones para protección de cultivos en Quart de Poblet (Valencia), donde trabajan 105 personas y donde se trasladarán en breve las otras 105 personas de la plantilla que ahora se encuentra en la localidad Alcácer.
En Brenes (Sevilla), trabajan otras 30 personas en su planta de ensayos y experimentación.
BCS cuenta con tres áreas de actividad: una de protección de cultivos, que incluye insecticidas, fungicidas, herbicidas y tratamiento de semillas; otra de sanidad ambiental (raticidas y antiparásitos, entre otros productos); y una última dedicada a la biotecnología y al desarrollo de semillas e híbridos.