Se trata de un sistema «muy versátil» desarrollado por Bayer y el INRA francés y que se adapta a las necesidades y dimensiones de las fincas agrícolas a la vez que proporciona un valor añadido medioambiental, según ha indicado en un comunicado.
En la actualidad, hay 57 de estos sistemas funcionando en España, fundamentalmente en explotaciones de cítricos, frutales, hortícolas y uva de mesa y de vino.
El proceso de purificación se realiza en tres pasos: recogida de los efluentes en la zona de lavado de los equipos; transporte al tanque de regulación para el almacenamiento de los efluentes; y posterior distribución a la zona de degradación donde se reparten los efluentes sobre el sustrato biológicamente activo.
El jefe de ventas Iberia II de Bayer, Luis Antúnes, ha explicado que en la compañía trabajan «cada día por una agricultura más sostenible que aúne productividad y cuidado del medioambiente«.
Una parte «fundamental» es la protección del suministro de agua con la implementación de prácticas regulatorias y de gestión más responsables, que minimizan la posible escorrentía de productos químicos o fertilizantes de las operaciones agrícolas, ha añadido.
Ha indicado que «Phytobac» es un «claro» ejemplo de esta apuesta por la sostenibilidad, pero también las nuevas herramientas digitales permiten a los agricultores aplicar únicamente fitosanitarios «exactamente dónde y cuándo se necesitan, lo que reduce la escorrentía en el agua».
Por su parte, el director general de Seagro, Javier Ruiz, ha señalado que, dentro de la política de empresa, están «comprometidos» con la conservación del medio ambiente y apuestan «por hacer un uso racional de los recursos disponibles».
«Phytobac nos permite depurar las aguas de lavado de la maquinaria de aplicación de fitosanitarios, con lo cual evitamos los vertidos a la red de alcantarillado o al campo, siendo mucho más eficiente en nuestra gestión medioambiental«, ha explicado.