El estudio simula los efectos de la introducción de impuestos sobre el azúcar, bebidas azucaradas, grasas saturadas y sal, mientras que se subvencionan frutas y hortalizas frescas y envasadas.
Posiblemente con grandes beneficios para la salud de la población australiana y grandes beneficios en la reducción del gasto en el sector salud en el tratamiento de las enfermedades no transmisibles, la formulación de un paquete de subvenciones e impuestos debería tener un papel más destacado en la estrategia nutricional de la salud pública australiana, dice el informe.
El estudio encontró que la introducción de un impuesto de azúcar tendría mayores beneficios de salud para los australianos, pero una subvención de frutas y hortalizas no conduciría de forma necesaria a un mayor beneficio para la salud de la población. Aunque se necesitan más investigaciones, se encontró que el ahorro de subvencionar frutas y hortalizas podría conducir a un mayor gasto en alimentos, y a su vez significa una mayor porción de ingresos gastados en alimentos no saludables, publica Fruitnet.com.
La investigación también mostró que los consumidores reducen el consumo de alimentos no saludables cuando aumentan de precio. Los hallazgos se hicieron eco de un artículo publicado recientemente en la Revista Médica de Australia por el Consejo de Presidentes de Colegios Médicos, quien pidió a Australia tomar medidas para contrarrestar la pandemia de la obesidad.
Uno de cada cuatro niños australianos presenta sobrepeso y más de las dos terceras partes de los adultos necesitan poner en práctica medidas para contrarrestar el aumento de la obesidad.