Hasta el 60 % de los hogares del Reino Unido vieron descender sus ingresos disponibles durante agosto pasado por el aumento de los costes de productos esenciales como alimentación y transporte.
La brecha entre los ingresos salariales y los costes diarios son una realidad y se amplía, hasta el punto que las familias británicas gastaron 74 libras semanales por encima de sus salarios durante el mes de agosto.
No se trata de gastos superfluos, sino gastos en alimentación, energía y transporte. La inflación en Reino Unido cerró agosto en el 3,8 por ciento, el nivel más alto desde enero de 2024, con un incremento de los alimentos por quinto mes consecutivo.
Los hogares de bajos ingresos son los más afectados, según la cadena Asda. Los ingresos disponibles cayeron un 3,2 por ciento. La clase media vio caer sus ingresos por segundo mes consecutivo y se esperan nuevos descensos si la inflación se mantiene.
Y mientras la clase media y la baja ven descender sus ingresos, la clase pudiente ve cómo se incrementan, contrarrestando las presiones del aumento del coste de la vida.
Advertencia
Ante esta situación, el Income Tracker para Asda, desvela que «corremos el riesgo de evolucionar hacia una economía de doble velocidad en la que el crecimiento de las ganancias sigue siendo fuerte para quienes más ganan, mientras que los que menos ganan ven sus ingresos estancados», expone Sam Milley, director de previsiones de Cebr -la empresa que realiza el Income Tracker-.
Agosto ha sido el mes con el crecimiento más débil en los dos últimos años, ya que la inflación se mantuvo casi estable en casi el doble del objetivo del Banco de Inglaterra.
«El hecho de que la inflación se concentre en categorías de gasto esencial es una mala noticia para los consumidores, quienes destinan una mayor parte de sus ingresos netos a cubrir gastos de alimentación y del hogar», expone Milley.
El Income Tracker advierte que la campaña de Navidad se pone en riesgo en cuanto al ritmo de ventas para todos los detallistas.