Latinoamérica

Argentina proyecta un Mercosur integrado con la UE y con una moneda común

Argentina tiene una hoja de ruta para el Mercosur que pasa por la firma del acuerdo comercial con la Unión Europea y, a largo plazo, la creación de una moneda común, siempre y cuando se dé «un trabajo en la integración» entre los estados que lo forman, afirmó este vieres el canciller argentino, Jorge Faurie.

Sobre la rúbrica del acuerdo con el bloque europeo, que se ha negociado de manera intermitente durante la dos últimas décadas, consideró clave la reunión que representantes de las dos partes mantendrán en Bruselas a finales de este mes.

«Nosotros vamos a Bruselas a fin de junio para tener la última ronda técnica y si esa ronda técnica es positiva, como lo esperamos, tendremos ya una certidumbre de la fecha para seguir dando los nuevos pasos», afirmó en Buenos Aires en el marco de un homenaje al político argentino Ernesto Manuel Campos, fallecido en 1987.

Faurie también se refirió a la posible creación de una moneda común entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay -países que integran el Mercosur- y afirmó que la integración entre economías suele conllevar una divisa compartida.

«Todo proceso de integración económica y comercial en algún momento lleva a reflexionar sobre las condiciones para tener una moneda común», afirmó, al tiempo que puso como ejemplo a la Unión Europea y su adopción del euro para la mayoría de los países que la conforman.

La visión argentina sobre estos dos ejes de la política se vio reforzada tras las reuniones de ayer del Gobierno argentino con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y su comitiva, una visita que para el canciller sirvió para dibujar una «dinamización del Mercosur».

«Lo que se puso de manifiesto en la visita de Bolsonaro son las coincidencias que tenemos para encarar un nuevo proyecto de futuro en términos de energía, de recursos estratégicos (…), y además hacer una dinamización del Mercosur para adecuarlo al tiempo en que vivimos», subrayó.

Además, la primera visita de Estado que el mandatario brasileño realizó al país austral desde que asumió el poder el 1 de enero, sirvió para avanzar en la agenda de cooperación bilateral y marcar «las coincidencias» para «encontrar nuevos caminos» en la relación de las dos principales economías de Sudamérica.