Las obras se ejecutarán a través del Plan Nacional de Riego, que depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, y se fija como objetivo alcanzar unas 4 millones de hectáreas bajo riego.
En la actualidad, la superficie irrigada en Argentina es de 2,1 millones de hectáreas, según precisó el Ministerio de Agricultura en un comunicado.
La meta del Plan es superar las 4 millones de hectáreas en los próximos 16 años, a través de la incorporación de 1,16 millones de hectáreas en proyectos de abastecimiento colectivo y un millón más por medio de sistemas privados, con utilización de fuentes subterráneas.
"El recurso hídrico es un bien estratégico ligado a la producción de alimentos. En este sentido, las obras de infraestructura para un uso eficiente del agua, la recuperación de hectáreas productivas y la vinculación público-privado son pilares esenciales a la hora de cumplir con las metas del Plan Estratégico Agroalimentario y de pensar objetivos productivos de cara al 2030", afirma el comunicado.
El programa incluirá acciones como estudios de los recursos hídricos, la capacitación de los productores, el fortalecimiento de las instituciones públicas y de los usuarios y la mejora técnica de los sistemas de riego existentes.
"El enfoque que proponemos cambia la mirada estratégica sobre el agua. La meta es duplicar la superficie regada de nuestro país, lo que implica la incorporación de tecnología, de conocimiento y el uso de saberes y de experiencias necesarios, para mejorar la situación económico-social de todos los pueblos que están involucrados en esto", destacó el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela.