Actualmente, según el BOJA, se encuentra presente en Europa (Albania, Bélgica, Chipre, Francia, Georgia, Grecia, Italia, Holanda, Rusia y Turquía), Asia (Irak, Israel, Líbano, Siria y Yemen) y África (Argelia, Túnez, Libia y Egipto).
En suelo español, este hongo fue detectado en Málaga en 2015 por primera vez, y la principal vía de dispersión de la enfermedad, a larga distancia, es a través del material vegetal sensible infectado (géneros Citrus, Fortunella, Poncirus y Severinia, así como otras especies resultantes de hibridación inter e intragenérica), «por lo que para evitar la entrada de la enfermedad se debe vigilar que el material vegetal posea el correspondiente pasaporte fitosanitario».
Para luchar contra la introducción de esta plaga, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), asesorado por expertos y en colaboración con las comunidades autónomas, ha diseñado un programa público denominado ‘Plan Nacional de Contingencia de Plenodomus tracheiphilus’, que incluye un protocolo de prospecciones para su detección precoz y un programa de erradicación que recoge las medidas que deben adoptarse en caso de que aparezca.