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Agrupaejido entra en concurso de acreedores y anuncia acciones legales contra Cajamar y su ex director general

El Consejo de Administración de la empresa hortofrutícola almeriense Agrupaejido se encuentra en preconcurso de acreedores y entrará en concurso voluntario en los próximos días.

El presidente del Consejo de Administración y accionista de casi el 100 por ciento del capital, Cecilio Guillén, ha destituido al director general de la compañía y al director financiero quienes fueron nombrados por el propio Consejo en consenso con los bancos acreedores, según publica el diario La Voz de Almería.

Según estas mismas fuentes, Guillén y el consejero delegado, Francisco Juárez, han actuado de espaldas al pool bancario compuesto por 15 entidades con el que firmaron un préstamo sindicado en julio de 2010 por valor de más de 100 millones de euros, y han actuado por su cuenta y riesgo sin cumplir con las amortizaciones.

Estas mismas fuentes del sector financiero matizan que la alhóndiga mantiene un Ebitda (beneficio de explotación positivo) tras haber desinvertido en algunos activos no estratégicos y haber vendido la nave de Cehorpa a Costa de Almería.

Sin embargo, otros factores como la falta de transparencia en la gestión del Consejo, la mezcla de sociedades y compromisos de pago no reconocidos en el momento de la firma del préstamo han ensombrecido su ansiada recuperación financiera. Agrupaejido hizo inversiones también en otros sectores como el inmobiliario y, a través de su principal accionista, en el segmento de las cremas y geles de baño.

Cuando el pool bancario llegó a un acuerdo para evitar la caída en picado de la compañía, Agrupaejido acumulaba ya un mes sin pagar a sus agricultores. El acuerdo, por el bien del sector agrícola en general, consiguió darle aire a esta emblemática corrida almeriense que cuenta con seis centros de venta.

Sin embargo, la actuación del Consejo de espaldas a las propuestas de la dirección, según estas mismas fuentes financieras, ha propiciado que Agrupaejido no haya podido salir de su propio laberinto de deudas.

A su vez, el diario Ideal informa de que según fuentes de Cajamar, si Cecilio Guillén hubiese aceptado las alternativas y el nuevo plan de restructuración propuesto por las entidades bancarias, la empresa podría haber pagado a sus trabajadores y a sus agricultores y haber continuado desarrollando su actividad la próxima campaña. Ahora, como consecuencia de la ruptura de la negociación y la entrada en concurso de acreedores, los bancos no pueden hacer nada más y junto a los trabajadores, agricultores y demás proveedores, se convierten en otros afectados por la deuda de esta empresa comercializadora.