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Agrotiendas y cooperativas desperdician un 80 % menos de fruta que los súper

Un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) señala que las agrotiendas y las cooperativas desperdician hasta un 80 % menos fruta y verdura que los supermercados.

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El desperdicio alimentario en las agrotiendas, cooperativas agrarias y paradas de agricultores es de entre el 1 % y el 2 %, un porcentaje muy inferior al de los supermercados, donde del 5 % al 10 % de las frutas y hortalizas acaban en la basura.

Así se desprende de un estudio del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) desarrollado en el marco de un proyecto que pretende contribuir a la creación de municipios resilientes que puedan hacer frente a situaciones de vulnerabilidad en materia alimentaria como la generada por la pandemia.

El 80 % de los alimentos mundiales se consumen en las ciudades, donde también se concentra el 70 % de la generación de residuos.

El estudio, «Municipios resilientes a las pandemias mediante el nexo de agricultura de proximidad, energía, agua y residuos. Del piloto al municipio», pretende reducir el desperdicio alimentario, acercar la producción sostenible a los consumidores en las ciudades y concienciar a la población sobre este problema global.

El estudio compara el nivel de desperdicio alimentario de frutas y verduras en los establecimientos de cadena de distribución larga (supermercado, hipermercado), que suministran al 81 % de la población, con los de cadena corta (agrotiendas, cooperativas agrarias y venta directa del agricultor), que abastecen al 19 % de la población.

El desperdicio en las agrotiendas y las cooperativas es hasta un 80 % menor que en los supermercados debido a que, en este tipo de establecimientos, se establece una mayor relación entre el comprador y el vendedor, que fomenta el consumo de alimentos más variados y de temporada.

Asimismo, los clientes suelen tener una mayor conciencia ambiental y tienden a adquirir productos más «feos» estéticamente, la mayoría de los cuales no llegan a los supermercados.

Según Pietro Tonini, investigador del ICTA-UAB responsable de este estudio, «entre un 10 y un 15 % de lo que se cultiva se queda en el campo debido a exigencias estéticas, a la saturación del mercado o a precios demasiado bajos, unas cifras que no se contabilizan como desperdicio alimentario«.

El estudio, realizado con la colaboración del Ayuntamiento de Sabadell a partir de datos del Parc Agrari de Sabadell y de la cooperativa El Rodal, pone de manifiesto que quienes compran en supermercados/hipermercados suelen hacer un consumo más elevado de productos ultraprocesados, un tipo de alimentos que ha aumentado tras la pandemia.

Por el contrario, los clientes de agrotiendas y cooperativas consumen más cantidad de productos frescos, dedican más tiempo a cocinar, y tienen una mayor conciencia ambiental y sobre la alimentación saludable.

Se estima que la distribución de cadena larga desperdicia 60 millones de toneladas de productos alimentarios cada año en Europa, es decir, entre 35 y 38 kilos por persona y año.

«Esto significa que más de una tercera parte de lo que producimos se desperdicia, un dato terrible», ha explicado Pietro Tonini, que ha destacado que, por fortuna, la cadena corta de distribución está creciendo en los países del Mediterráneo.

El objetivo del proyecto es concienciar y promover la producción alimentaria sostenible entre la población, acercando la producción al consumidor.

«En la actualidad, los mayoristas importan los productos de lejos, de manera que estamos rompiendo el sistema que hay en torno a las ciudades», ha dicho Tonini.