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Agroponiente realiza una campaña en redes para dar voz a mujeres del ámbito rural

Las protagonistas son profesionales de varios departamentos y ámbitos profesionales de la empresa y una agricultora; y sus testimonios apuntan a una normalización del papel de la mujer en el ‘agro’.

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Agroponiente ha llevado a cabo, durante la pasada semana, una experiencia de comunicación que ha consistido en ir dando la palabra en sus redes sociales a diferentes mujeres que, o bien son agricultoras que trabajan con la empresa o bien pertenecen a alguno de los departamentos profesionales de la misma, en el marco del Día Internacional de la Mujer, que se ha celebrado este pasado domingo.

Así, las diferentes mujeres, todas ellas del ámbito agrícola, han ido contando sus experiencias con relación a la inclusión de la mujer en el mismo, así como evaluando su trayectoria y sus sensaciones acerca de cómo la agricultura ha ido transformándose a medida que las mujeres se han incorporado a todas las labores del campo.

Cloti Ferrer, jefa de almacén de Vegacañada, empresa especialista en tomate de Grupo Agroponiente; Verónica Belmonte, responsable de la Oficina de Tráfico de la empresa; Jéssica Rodríguez, especialista en Entradas en el centro de La Redonda; María González, segunda encargada en Lara Castañeda, empresa especialista en calabacín y judía verde del Grupo; María del Mar Rodríguez, ingeniera del Departamento Técnico; y Mari Carmen Fernández, agricultora, han ido contando cómo ha sido su experiencia durante muchos años en este sector.

Así, la propia Mari Carmen Fernández Marín (agricultora), con 25 años de experiencia al frente de su finca de tomates, en la zona de La Cañada, afirmaba que “en esos años, han cambiado muchas cosas, también en las relaciones entre hombres y mujeres: ya casi estamos igualados y es muy normal que sea una mujer que sea la jefa en una empresa o en un invernadero”, además de afirmar con rotundidad que “yo no me encuentro ningún problema por ser mujer: en el almacén de suministros, en la empresa donde llevo el género, en todo; soy una más. No siento diferencias.

Hace 25 años no sé si había o no diferencias, pero era más normal que el hombre fuera el cabeza de la explotación agraria. No era tan normal que hubiera una mujer al frente, como era mi caso. Obviamente, la empresa (Vegacañada, Grupo Agroponiente) me trata exactamente igual que a los hombres. Yo hago lo mismo y recibo el mismo trato. Y por supuesto (entre risas), me pagan el producto exactamente al mismo precio que a los hombres”.

Por su parte, Cloti Ferrer es jefa de Almacén en Vegacañada desde hace 17 años y recuerda que, “cuando empecé era más difícil encontrar una mujer jefa de almacén, pero ahora es más habitual. No era tan fácil estar en un puesto como el mío siendo mujer: venía gente a preguntar por el jefe de almacén y no se podían explicar que fuera una chiquitilla y rubia”. Ferrer, que tiene a su cargo a un importante número de personas, relata que “en Vegacañada, toda la carga y las descargas, la mayoría la hacen las mujeres.

Es cierto que en la mayoría de las empresas del sector ése se considera un trabajo masculino. Pero aquí siempre ha sido mayoritariamente de mujeres. En esta empresa, mis jefes no miran si soy mujer u hombre. Pero eso es ahora. Antiguamente se pensaba que los hombres estaban más capacitados”.

También desarrolla una gran responsabilidad Verónica Belmonte, responsable de la Oficina de Tráfico de Grupo Agroponiente, en cuya profesionalidad descansa algo tan crucial como la logística de transportes. Ella entró hace 23 años en la empresa y “desde que entré, he hecho de todo: desde envasar en el almacén, al departamento de expediciones, administración, departamento comercial y ahora soy responsable del departamento de Transporte. Yo no creo que esa trayectoria haya sido más difícil por ser mujer”. Además, afirma que “en estos 23 años no he tenido ninguna dificultad por ser mujer.

Es cierto que he trabajado en un mundo muy de hombres, pero en ningún momento me he sentido con problemas ni dificultades y mucho menos discriminación. Hay que reconocer que las mujeres, cuando somos madres, el horario laboral se nos dificulta porque normalmente asumimos más el trabajo de la casa y de los niños. Yo tuve una maternidad distribuida de una forma diferente para no desatender mi puesto de trabajo”. Y, con su habitual carácter desenfadado, no duda en señalar que “las mujeres somos parte fundamental de las empresas. Somos bastante organizadas, metódicas y aplicamos el sentido común a la hora de gestionar proyectos. Aportamos un sexto sentido diferente.”.

Amplia es también la trayectoria en la empresa de María del Mar Rodríguez López, ingeniera del Departamento Técnico de Vegacañada, con doce años en la compañía y un total de veinte en el sector. María del Mar trabaja cada día yendo de finca a finca, recorriendo el campo, “un mundo de hombres, pero la realidad es que en estos 20 años, he podido ver que las ingenieras somos las reinas del campo. Estamos muchas, visitando fincas y asesorando. No sé si somos más que los hombres, pero está claro que en la mayoría de las fincas que visito me encuentro con mujeres, en lucha integrada, semillas y asesoramiento técnico”. También María del Mar apunta que “nunca he notado ninguna discriminación, ni positiva ni negativa, en estos 20 años. Sí he sentido alguna situación complicada, con algún comentario fuera de tono. Hay que ir con la misma prudencia al invernadero que si eres un hombre. Yo voy sola al invernadero y no hay ningún problema, aunque al principio sí sentía algo de respeto, por desconocimiento y por no controlar todavía la situación. Pero todo se resuelve bien porque las ingenieras tenemos un sexto sentido. En estos 20 años, puede ser que viéramos las cosas de otro modo, pero yo no he visto discriminación. Eso es diferente a que la mujer en el campo está evolucionando en un mundo de hombres. Estamos evolucionando en positivo. Antes no se nos veía como ahora y lo cierto es que aún queda camino por recorrer”.

En otra de las empresas del Grupo, Lara Castañeda, trabaja María González Maturana, cuyo puesto de segunda encargada del almacén, también reviste una especial importancia y dificultad. Con trece años en la empresa, en dos etapas, relata una historia vital muy significativa, ya que “estuve trabajando en la empresa en una primera etapa y decidí dejar de trabajar porque no tenía a nadie con quien dejar a mi hijo. No podía compatibilizar el trabajo con cuidar de mi hijo. Desde entonces, esto ha cambiado mucho: las mujeres tienen ahora muchas más facilidades. Las normas han cambiado mucho en beneficio de la mujer y yo me alegro; ojalá yo las hubiera tenido. Tenemos a muchas compañeras trabajando con jornada reducida, fruto de los avances para poder conciliar la maternidad. Yo hoy no veo discriminaciones ni en el trabajo ni en la sociedad en general”. Eso sí, deja claro que “a mí nadie me obligó a dejar el trabajo para cuidar de mi hijo.

En la empresa no querían que lo dejara, pero realmente yo no tenía posibilidad de encontrar una solución para que mi hijo estuviera atendido y poder trabajar. Es más, lo tuve que dejar incluso estando embarazada porque había quien no entendía que una mujer embarazada fuera a trabajar, pero no era en la empresa, que siempre ha apostado por mí y porque yo pudiera trabajar y cuidar de mi hijo al mismo tiempo. Incluso me ofrecieron darme de baja, pero yo opté por retirarme para cuidarlo”. Además, también constata que “a nivel de sueldo, no hay ninguna diferencia con respecto a los hombres. Mi trabajo es muy duro, pero no hay ninguna cuestión de género”.

Este trabajo de comunicación que ha realizado Grupo Agroponiente con estas mujeres concluye con el testimonio de Jéssica Rodríguez Rueda, especialista en Entradas en el Polígono La Redonda y con quince años trabajando en la compañía. Afirma con seguridad que “en todos estos años trabajando en Grupo Agroponiente nunca he notado ningún tipo de discriminación por género, ni de compañeros ni de jefes. En ocasiones ha habido agricultores que se extrañan o me hacen algunas bromas. No son comentarios que agraden, porque los hombres y las mujeres valemos lo mismo, pero yo no le doy importancia”.

En cuanto a su trayectoria, recuerda que “tengo compañeros hombres que entraron conmigo y todos hemos evolucionado de la misma manera, independientemente del género. En quince años, hemos visto cómo hombres y mujeres accedemos a los mismos puestos de trabajo, lo cual no ocurría al principio”, para concluir con una visión genérica: “Yo en la sociedad detecto machismo sobre todo en los hombres más mayores. Creo que es algo que se está corrigiendo con el tiempo”.