Ese tipo de productos, ha indicado en un comunicado de la Universidad Politécnica, no solo ayudan a combatir plagas y malas hierbas, sino que además «bioestimulan los suelos para que puedan recuperarse mejor de situaciones de estrés como sequías extremas o riegos con salinidad», según el director de mercadotecnia de la compañía, Diego Pallarés.
Este factor es clave, ha indicado, para agriculturas intensivas como la de la Región de Murcia, «en producción permanente durante todo el año», por lo que disponer de técnicas sostenibles y de «residuo químico cero» es una forma de abrirse a nuevos mercados, especialmente en el norte de Europa y Reino Unido, donde la demanda de este tipo de productos va en aumento.