Las jornadas, según ha informado el centro universitario, han puesto de relieve la importancia de la agricultura de regadío en la fijación del CO2 atmosférico y su potencial para la reducción de gases de efecto invernadero, mediante una gestión sostenible de este tipo de agricultura.
La presencia de estos especialistas se ha enmarcado en una jornada técnica correspondiente a un proyecto cofinanciado por la Unión Europea (Life Regadiox), a la que han asistido unas 80 personas, entre técnicos de empresas públicas y privadas del sector, productores, estudiantes e investigadores.
El proyecto Life Regadiox tiene como objetivo diseñar, demostrar, testar y difundir el impacto que un modelo mejorado de gestión sostenible de la agricultura de regadío, integrado en las políticas agrarias y en las estrategias rurales de Navarra, puede tener en los efectos del cambio climático (captación de CO2 o dióxido de carbono y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero).
En él trabajan la Fundación Fundagro (socio coordinador), el grupo de investigación sobre Gestión Sostenible de Suelos de la UPNA y el Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias (INTIA).
La jornada ha contado con la participación de profesionales de prestigio, como Claire Chenu, embajadora de la FAO en el año Internacional del Suelo, investigadora en AgroParisTech y participante en la reciente Cumbre del Clima en París.
En su intervención, ha identificado a la agricultura y ganadería como sectores estratégicos en la lucha contra el cambio climático, y ha puesto de manifiesto el gran potencial de los sistemas agrarios como fijadores de carbono, al ubicarlos como un pilar importante para conseguir los objetivos acordados en la reciente cumbre climática.
Por su parte, Oihane Fernández-Ugalde, investigadora del Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea, ha descrito la singularidad del sector agrario como una oportunidad en la preservación de los suelos europeos y ha abogado por cohesionar, mediante estudios regionales más detallados, los datos existentes que cuantifican el contenido de carbono en el suelo y la evolución de este.
De esta forma, ha explicado que la conformación de la política agraria comunitaria se enfoca, ineludiblemente, hacia una agricultura medioambientalmente sostenible, que priorice la preservación de los recursos naturales, reduzca su huella ambiental y favorezca la producción agraria bajo un sistema coordinado que garantice el suministro de alimentos de calidad y seguros.
Además, Iñigo Virto Quecedo, coordinador del proyecto Life Regadiox en la UPNA, y Nerea Arias Fariñas, del INTIA, han presentado los resultados de las investigaciones en campo.
Según éstas, en varias parcelas de ensayo repartidas por la geografía Navarra, se han cuantificado los datos de absorción de carbono por parte del suelo agrícola en diferentes sistemas productivos, y las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a estos sistemas.
Estas mediciones ofrecen tasas de captura de CO2 para diferentes cultivos y sistemas de manejo de regadío. En algunos casos, estas tasas han alcanzado niveles elevados, que pueden compensar las emisiones asociadas a los cultivos.