La decisión se tomó hoy en una reunión de los embajadores permanentes ante la Unión Europea y aún debe ser formalizada en un encuentro a nivel ministerial, previsiblemente el próximo lunes en un Consejo de Agricultura en Luxemburgo.
Las fuentes dijeron que la posición se adoptará sin discusión en la reunión de ministros del lunes pese a que Francia «no ha fijado su postura todavía», ya que la decisión puede tomarse con mayoría cualificada.
La Comisión Europea había enviado el pasado mes de enero a los Estados miembros las directrices para negociar este nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos, que excluirá capítulos que sí figuraban en el TTIP, el ambicioso proyecto de tratado de libre comercio que quedó congelado tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
En esta ocasión, las directrices negociadoras excluyen el sector de la agricultura -ante el que se mostraban sensibles países como Francia- y aborda el sector del automóvil, una industria vital para Europa a la que Trump ha amenazado con imponer gravámenes de hasta el 25 %.
El nuevo mandato llega tras un tenso 2018 para las relaciones transatlánticas, un año en el que Trump impuso aranceles al acero y aluminio europeos, materializando así la agenda proteccionista que fue una de sus grandes promesas electorales.
Según el mandato de las negociaciones, estas medidas contra el acero y el aluminio deberán revocarse antes de la conclusión de este acuerdo, para el que la Comisión aún no tiene un calendario definido.
Además, este mandato incide en que la Comisión «suspendería» las negociaciones con Estados Unidos si país no respeta los compromisos de no imponer nuevas medidas arancelarias a la UE.
Una vez que se confirme la luz verde por parte de los ministros de los Estados miembros, la Comisión podrá iniciar las conversaciones comerciales con sus homólogos estadounidenses en nombre de todos los países de la UE.