El nuevo estudio señala que hay una relación directa entre los pesticidas y la grave disminución en el número de
abejas en Estados Unidos y Reino Unido: un 50% en los últimos 25 años. Las pérdidas representan una amenaza para
los suministros de alimentos ya que las abejas polinizan un tercio de los alimentos que consumimos, como tomates,
judías, manzanas y fresas.
Los científicos han encontrado que las abejas que han consumido un pesticida han sufrido una pérdida del 85% en el
número de abejas reina que producen sus nidos. Otro estudio ha demostrado que se ha duplicado el número de
abejas desaparecidas, es decir, aquellas que han fracasado en su intento de regresar de los viajes en busca de
alimento.
Se cree que las principales razones que explican el gran descenso en el número de abejas son los pesticidas, los
ácaros como la varroa y otros parásitos, así como la destrucción de los hábitats con abundancia de flores.
Los fabricantes de pesticidas y el Gobierno británico niegan que los neonicotinoides, un tipo de sustancias químicas,
causen problemas graves a las abejas. Sin embargo, Alemania, Italia y Francia han retirado estos insecticidas de
forma preventiva.
El DEFRA señaló que este estudio no ha cambiado la postura del Gobierno. Así, afirmó que Reino Unido tiene un
riguroso sistema para evaluar los riesgos de los pesticidas y todas las pruebas demuestran que los neonicotinoides no
representan un riesgo para las abejas, cuando los productos se usan de la manera adecuada. En cualquier caso,
afirma que no van a dudar en actuar si se presentara alguna prueba nueva.





















