El análisis, efectuado por Shmuel Gan-Mor, de la unidad de investigación del ministerio, muestra que el empleo del aceite «reduce de forma significativa la necesidad de pesticidas y los costes de la fumigación», ya que este tipo de sustancia apenas cuesta un dólar (76 céntimos de euro) por litro y se necesita en cantidades menores que los químicos.
La emulsión se puede utilizar contra oidios, ácaros o esternorrincos en cultivos como tomates, calabacines o pimientos.
Otras de sus ventajas son la mejor capacidad de almacenamiento a temperatura ambiental y la ausencia de conservantes y trazas de pesticidas.
Además, su efecto dura toda la temporada, los insectos no generan resistencia al aceite -como sí pueden hacer a otros fumigados- y no precisa de «días de espera» antes de la recolección.
