Nacional

Una fruta para cócteles de calidad

La decoración con frutas, lejos de limitarse a lo estético, se está convirtiendo en un extra de aroma y diversión para quienes demandan cócteles de calidad.

  • natural-tropic

Rodeada de manzanas, fresas, uvas, piñas, arándanos y también de otras frutas más exóticas, como la carambola -en forma de estrella- y el physalis, Comes ha explicado hoy alguno de sus trucos a los alumnos del «Bar Máster Reserve», el curso de coctelería que imparte la Cámara de Comercio de Madrid.

«Lo primero», ha señalado, «es pensar qué ingredientes llevará el cóctel; después, en la copa, para saber cómo sujetarlo en ella y, a partir de ahí, trabajaremos con el tipo de frutas que queremos utilizar, en función de su olor».

La escultora de frutas ha destacado al limón como «un clásico» que funciona tanto en platos de marisco y pescado como con cava y champán, «muy especialmente», ha dicho, «en Navidad».

Comes ha demostrado hoy lo que se puede hacer con la piel de un limón si éste se pela adecuadamente y se aprovecha al máximo: desde unas navideñas «alitas» de ángel hasta un lazo que decore la copa como si de un paquete de regalo se tratase.

En esta labor, que comenzó hace seis años «con un cuchillo y un poco a lo tonto», Comes se ayuda hoy de siropes, palillos y hasta rotuladores de tinta comestible.

«Esto es imaginación, combinaciones muy personales que a veces se hacen famosas y otras no, ha apuntado.

¿Quién sabe si alguien estará creando ahora en su casa un cóctel que dentro de unos años será muy conocido?, ha añadido.

El profesor del «Bar Máster Reserve», Fermín Román, ha recordado que la «fiebre» de ahora por los cócteles de calidad es, en realidad, «un búmeran que ha regresado: ya tuvo su época, pero vuelve a tenerla».

Aún así, ha reconocido que éste es un momento en el que «la gente ya entiende lo que es un producto bien elaborado y empieza a saber degustar. Los paladares están más educados».

«Quizá tengamos mejor cultura de beber ahora mismo y, en vez de beber sistemáticamente, busquemos un momento para disfrutar de una copa», ha agregado.

En este sentido, ha resaltado que bebidas con fuerte carga alcohólica como el dry martini «están cediendo el paso a otros cócteles muchísimo más golosos y equilibrados».

«Hace años a la gente le daba miedo que le ofrecieras un cóctel por eso, pero, por ejemplo, ahora nosotros empleamos un máximo de 7 centilitros de alcohol, siempre acompañados de zumos, sodas y frutas, para elaborar tragos muy fáciles de beber», ha detallado.

Román atribuye la moda del gin tonic a que «es lo que acaba de aparecer en el mercado y, por tanto, es lo que han empezado a perfeccionar los barmans», pero ha destacado que hay muchos más cócteles y ha afirmado que «hoy no hay nadie que no sepa lo que es un daiquiri o un piña colada».

La diferencia, para Román, radica en que, si hace unos años el gin tonic consistía «en un poco de hielo, ginebra, vaso de tubo, tónica y, como mucho, una rodaja de limón», hoy los cocteleros «pueden desarrollar toda su imaginación para preparar tragos cuya degustación resulte mucho más especial».

«No nos hemos dado cuenta, pero ya es parte de nuestra cultura», ha sentenciado.