El experto instó a fomentar una agricultura cada vez más eficiente, que sea capaz de producir más con menos y en armonía con el ambiente, lo que hace imprescindible preservar la salud de los suelos.
«La salud del suelo está muy ligada con la salud humana y el bienestar humano. Esta relación nos dice que los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la salud de los suelos, la materia orgánica, los suelos, todos están conectados. La salud de los suelos y la salud humana se afectan a través de la nutrición y la calidad de los alimentos que se producen», afirmó Rattan Lal.
El científico mantuvo una conversación con el director general del IICA, Manuel Otero, como parte de una serie de encuentros de alto nivel impulsados por el organismo para analizar el impacto de la covid-19 en temas de seguridad alimentaria.
Según las autoridades, la gestión de los suelos y el desarrollo sostenible están relacionados con el fin de la pobreza y del hambre, así como con salud y bienestar, agua limpia y saneamiento, acción por el clima y vida de ecosistemas terrestres.
«La degradación de los suelos de los pequeños agricultores afecta no solo su productividad y los ingresos de su finca, también la calidad nutricional de los alimentos que producen», dijo el conocedor.
Datos citados por el experto revelan que este tema es un problema en Latinoamérica ya que la erosión del suelo muestra que el 20 % de los suelos están afectados, sobre todo en Centroamérica; la desertificación de 17 % en Colombia, 28 % en Ecuador, en Chile 62 % y en el noreste brasileño.
Mientras que la salinización afecta en especial en las pampas y otras partes de Argentina, Perú y lugares áridos.
Por lo tanto, Rattan Lal hizo un llamado sobre la importancia de la materia orgánica para los suelos, ya que a la hora de producir permitiría reducir el uso de pesticidas y fertilizantes químicos, remarcando el rol de los suelos en la captación de carbono y señaló la gran tarea que tiene la agricultura en reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
«La agricultura no puede ser un problema, tiene que ser parte de la solución para enfrentar el cambio climático porque no podemos subsistir sin agricultura. La región tiene mucho potencial para absorción de carbono en la vegetación y como resultado de la reducción de las emisiones de la agricultura», expresó.
Por su parte, el director general del IICA, Manuel Otero, destacó que «para el futuro de la humanidad es importantísimo tener en cuenta la salud de los suelos», así como transmitir este mensaje a los pequeños agricultores y brindarles la cooperación técnica para fomentar la reestructuración de los suelos agrícolas, y el impulso de modelos productivos más pragmáticos y holísticos.
Ambos especialistas coincidieron en el potencial de los suelos para ayudar a resolver problemas globales como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la calidad del agua, y al mismo tiempo apoyar a los agricultores para tratar de llevar la ciencia a la acción.