El presidente del Comité Científico y Organizador del Congreso, Carlos Hernández Díaz-Ambrona, ha explicado que, con esta reunión, se pretende «dar visibilidad» a la labor que realizan los investigadores españoles en favor de los pequeños productores en estos países.
Según ha detallado, durante el Congreso, que se ha celebrado ayer y hoy en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), se han presentado 60 casos de estudio llevados a cabo por 180 investigadores en 22 países.
Aunque se han expuestos iniciativas emprendidas en diferentes áreas geográficas, el mayor número de trabajos presentados durante estos dos días se han desarrollado en Iberoamérica, sobre todo en los países andinos.
Para Hernández, la investigación en agricultura debe realizarse con la colaboración de los actores locales de estos países para buscar nuevos sistemas productivos, y no con un «trasplante» de tecnología desde los estados desarrollados.
Para ello, además de una apuesta económica, es necesaria la presencia en estos países de grupos de investigación «bien formados» que cuenten con unos buenos recursos humanos.
Hernández Díaz-Ambrona ha recordado que la investigación que se realiza sobre agricultura en estos países es un «flujo en dos direcciones que nos enseña a solucionar problemas».
De este modo, ha apuntado que algunos problemas que afectan a la agricultura en zonas como el Magreb comparten similitudes con los propios de las producciones agrarias mediterráneas como la española.
En cualquier caso, ha abogado por hacer una distinción entre los grandes productores, «que son iguales en Bolivia que en España», y los pequeños agricultores de estos países, que encuentran «serias dificultades» para acceder a los mercados.
Según ha destacado, los pequeños productores de los países en desarrollo se encaminan al autoconsumo y a los mercados locales, por lo que no suponen ninguna competencia con los productores españoles.
«No hay por qué temer al desarrollo de la agricultura en otros países, porque los problemas de los agricultores a nivel global son muy parecidos y que se resuelvan los de unos es bueno para todos», ha subrayado.





















